Bombones de higo

La historia de la primera boda y las fotos a 600.000 euros, que, vamos, ni Richard Avedon, tiene vericuetos muy explotables. De los de sacar punta. De esos con los que nos entretenemos en este blog cuando no tenemos otra cosa de la que hablar. En la cámara oculta del hotel Palace que pusieron en Sálvame, el señor intermediario de voz distorsionada como Darth Vader ponderaba el material que pretendía vender, consistente en las imágenes y en el menú del convite. Entre otras cosas, contó que en el postre hubo bombones de higo.

Antes de reírnos hay que decir que se trata de una exquisitez extremeña, un producto delicatessen de la tradición dulcera de Almoharín (Cáceres). Bombones ecológicos que se elaboran inyectando a los higos praliné de almendras, siendo cubiertos luego de chocolate belga. Pero es nombrar el higo y acordarnos del exmarido. ¡Y de su princesa!, que gritaban en los primeros programas de Buenafuente (qué tiempos). Solo nos faltaban los bombones para pensar en ellos cuando oímos la palabra higo. Recordemos cuando doña Letizia dijo en Chile que a su exmarido le encantaban los higos chumbos. Pero parece que le gustan todo tipo de higos, chumbos y de higuera.

Para rematar, tenemos que relatar un sucedido. Al intentar escribir “bombones de higo” en el WhatsApp, el corrector nos pone “Borbones de higo”. ¿Qué significa este momento?, que decían en Salsa Rosa.