Toujours aussi proches

El tweed engorda. Aun así (o por eso), la Princesa tira mucho de ese tejido. El lunes, en la recepción a la selección de balonmano, repitió la chaqueta y la falda que ya había llevado el último 12 de octubre, también combinándolo con la blusa de encaje. Encaje y tweed, sí. Como tiene mucho trabajo, doña Letizia ha decidido vestirse como Eleanor Roosvelt. El tweed es para ambas un mono de trabajo. Como para Esperanza Aguirre lo es (¿para qué vamos a decir lo era?) su chaqueta verde de Extreme Collection, casi un uniforme.

Si el lunes la Princesa se calzó la manta zamorana que supone un traje de lana, ayer, siguiendo con Varela, optó por un vestuario más ligero con una falda roja de talle interminable, de las que hacen bajita. Pero como iba a ver a Fernando Alonso… También llevaba una blusa de mangas tan descomunales que podría sacar de ahí un par de trajes de comunión para sus hijas. Entregaron las acreditaciones de la Marca España (entre los embajadores, Antonio Banderas o Alonso). Los Príncipes continúan con ese maratón que llevan de visibilidad, trabajo frenético y arrumacos varios. Amarraditos los dos, de la mano por las escaleras. Como dicen de ellos en el Royal blog de Paris Match, “toujours aussi proches”. Siempre pegaditos. Ay.