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Dar la lata

Por seguir exprimiendo el libro de Andrew Morton, que no estamos para desperdiciar ni letinotizias ni letichascarrillos ni letifantasías, aquí van nuevas historietas animadas de ayer

Foto: Dar la lata
Dar la lata

Por seguir exprimiendo el libro de Andrew Morton, que no estamos para desperdiciar ni letinotizias ni letichascarrillos ni letifantasías, aquí van nuevas historietas animadas de ayer y hoy. La que nos va a ocupar enlaza un poco con lo que Antonio Montero dijo hace unos días de la relación tirante de los Príncipes de Asturias. “El niño que se sentía asfixiado por su madre ha elegido a una pareja que es dominante y controladora”, escribe Morton. Además, y esto es un poco ‘off topic’, dice que la Princesa “habla periódicamente con Alonso, su primer marido”. Se ha convertido en un íntimo confidente, según un familiar. ¿Con qué familiares habrá hablado Morton?  

Pero a lo que íbamos. Bueno, antes otro inciso. Que dice Morton que cuando la inmortalizaron en aquella imagen con Carla Bruni subiendo ambas de espaldas las escaleras de la Zarzuela “debió de patalear de rabia, metafóricamente hablando, con sus zapatos de tacón de la marca Louboutin, por no haber sido capaz de anticiparse a aquella foto”. La ligereza de Morton es maravillosa. ¿Pero cuándo ha llevado la princesa Letizia unos zapatos de Louboutin? Eran de Magrit. Los Louboutin los llevaba Carla Bruni, y no se quitó los mismos en todo el viaje.

Al grano, a un sucedido de avión: “Lejos de los focos, hay quien afirma que doña Letizia sigue comportándose como una diva, tanto debido a su naturaleza inquieta como a su deseo de que la traten de forma diferente. Eso hastía al Príncipe, que se desespera por conseguir que doña Letizia se sienta tranquila y cómoda”. Y cuenta que en un avión privado la princesa se quejaba del frío y también del calor y el sobrecargo preguntó al Príncipe qué debía hacer. La respuesta de don Felipe: “No importa, ella lo único que quiere es dar la lata. Estar al mando. Meterte un dedo en el ojo. Demostrar quién manda”.

Pero da igual, al final de ese capítulo, y tirando de la explosión del escándalo Urdangarín, Morton concluye: “Al cabo de unos pocos días, la gente ya no hablaba de doña Letizia como una pecadora, sino como una santa, como la única mujer que podía salvar a la casa de Borbón”. Eso sin exagerar.

Por seguir exprimiendo el libro de Andrew Morton, que no estamos para desperdiciar ni letinotizias ni letichascarrillos ni letifantasías, aquí van nuevas historietas animadas de ayer y hoy. La que nos va a ocupar enlaza un poco con lo que Antonio Montero dijo hace unos días de la relación tirante de los Príncipes de Asturias. “El niño que se sentía asfixiado por su madre ha elegido a una pareja que es dominante y controladora”, escribe Morton. Además, y esto es un poco ‘off topic’, dice que la Princesa “habla periódicamente con Alonso, su primer marido”. Se ha convertido en un íntimo confidente, según un familiar. ¿Con qué familiares habrá hablado Morton?