Mequetrefe y títere

 Hay unas 20 organizaciones independentistas catalanas que quieren cambiar el nombre de calles con nombres españoles. Al portavoz de las mismas, Josep Valls, lo llevaron la semana pasada a ‘El gato al agua’, el programa nocturno de Intereconomía. Bueno, no lo llevaron, estaba en Barcelona en una conexión en directo con Javier Algarra. El aspecto de lila del sujeto, parecido a aquel niño prodigio que salía en ‘Crónicas marcianas’, ya ponía en guardia, pero es que se puso a hablar y lo confirmó. Lo primero que dijo fue que no iba a tolerar que se produjeran insultos como los del pasado lunes contra Santiago Espot, presidente de Catalunya Acció (promueve el boicot a productos españoles). Y entonces va y se pone a llamar a Hermann Tertsch, que no estaba esa noche, mentecato, cobarde y miserable. De la chaqueta de cuadros no dijo nada.

Una vez introducido este señor, vamos a lo que aquí nos interesa. Entre las calles que quieren cambiar, y ya han llevado a cabo acciones para ello, está la del Paseo Don Juan de Borbón. De este cambio dio una explicación: “Más que nada porque en un sitio tan turístico como la Barceloneta no se puede tener el nombre de un individuo que solo fue conocido en Estoril por las borracheras que cogía en el casino”. Tras esta rigurosa argumentación, le tocó el turno a don Felipe. Trasladó a los espectadores, tan estupefactos como los tertulianos, por qué querían cambiar el nombre a la Avenida del Príncipe de Asturias por el de Baldomer Lostau. Primero soltó un rollo sobre que el título de soberanía no es propio de Cataluña, que es de la Corona de Castilla y no de la Corona de Aragón. Cuando Algarra le recordó los títulos catalanes del Príncipe de Asturias, Valls remató: “No es por eso. El actual príncipe de Asturias es tal vez el príncipe de Asturias más nefasto desde que ostentó el título Fernando VII, cuando aún no era rey. Es un mequetrefe. Hablemos claro, seguro que el señor Vidal Quadras también piensa lo mismo que yo” (eso vino porque había salido un plano de Vidal Quadras). Y siguió con el Príncipe: “Es un títere en manos de la Letizia. Pero es que, además, a los catalanes no nos representa para nada, ¿me entiende?”. Es de esperar que este tipo tampoco represente a muchos catalanes, más allá de esas 20 organizaciones. ¿Y los servicios jurídicos de la Casa Real no van a hacer nada?