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Las miradas de Merkel

Lo más divertido de eso que antes era la entronización del Papa y ahora solo la misa de inauguración, es lo mucho que hablamos de mantillas.

Foto: Las miradas de Merkel
Las miradas de Merkel

Lo más divertido de eso que antes era la entronización del Papa y ahora solo la misa de inauguración, es lo mucho que hablamos de mantillas. Una prenda que la reina Isabel II popularizó y que dio lugar a “la conspiración de las mantillas” cuando las mujeres españolas protestaron frente a las costumbres extranjeras que pretendía imponer Amadeo I y su esposa María Victoria. Una prenda que actualmente solo se usa en los toros, la Semana Santa, el Corpus, bodas y ceremonias de postín, como las del Vaticano.

Lo curioso es que siempre nos ha dado un poco igual si la Reina o las Infantas se la ponían (aunque lo destacáramos). Pero, ay, llegó Letizia y ya sabemos que todo lo que tiene que ver con su persona y con su ropa dispara el interés de la nada. También es verdad que una mantilla no es algo que se ponga todos los días. Por suerte para ella, porque probablemente solo a Soraya Sáenz de Santamaría le sienta peor. Vistas las imágenes de ayer de la princesa Letizia con Máxima de Holanda (que no llevaba el pelo recogido), da la impresión de que a la española le hubiera caído la mantilla de encaje en la cabeza desde una ventana, como el abrigo de piel a Jean Arthur en Una chica afortunada, la película de Mitchel Leisen. Además, cuando se pone la mantilla a pelo (sin peineta) parece que tiene la cabeza plana. Será una ilusión producida por la blonda pero ahí se puede dejar un vaso. Y seguramente es un trago cada vez que tiene que ponerse la mantilla.

En todo caso, siempre son peores los sombreritos de Cristina Fernández de Kirchner: el casquete del lunes y la boina del martes. Por su parte, Angélica Rivera, la primera dama mexicana ni siquiera se cubrió la cabeza. Angela Merkel, tampoco. Pero ésta, aunque cristiana, no es católica. De las mejores fotos de las personalidades en la ceremonia son precisamente dos en las que Merkel mira o parece que mira a la princesa Letizia. En una, lo hace de reojo, de lejos, durante el acto. Y en la otra, durante los saludos, a un palmo de distancia. Mira Merkel a Letizia con cara de querer ponerle un corralito. O no le gusta la mantilla.

Lo más divertido de eso que antes era la entronización del Papa y ahora solo la misa de inauguración, es lo mucho que hablamos de mantillas. Una prenda que la reina Isabel II popularizó y que dio lugar a “la conspiración de las mantillas” cuando las mujeres españolas protestaron frente a las costumbres extranjeras que pretendía imponer Amadeo I y su esposa María Victoria. Una prenda que actualmente solo se usa en los toros, la Semana Santa, el Corpus, bodas y ceremonias de postín, como las del Vaticano.