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Mecanismo de distracción

La tita Henar es tan bomba de relojería que parece puesta por la propia Letizia para quitarse presión. Es decir, si uno ve, lee o escucha

Foto: Mecanismo de distracción
Mecanismo de distracción

La tita Henar es tan bomba de relojería que parece puesta por la propia Letizia para quitarse presión. Es decir, si uno ve, lee o escucha todo lo que Henar Ortiz dice acaba pensando que esta señora no puede estar tan mal de la cabeza. O a lo mejor es que le falta uno de esos tornillos de la inhibición que de vez en cuando opera Derek Shepperd en Anatomía de Grey, cuando alguien empieza a actuar de forma rara y resulta que un simple corte del neurocirujano lo arregla todo y el paciente vuelve a su ser (a la vez, deja de tocar el culo a las enfermeras). La tita Henar ha dejado caer en Vanity Fair que no cree que Letizia llegue a reinar. Hombre, de momento es reina de la noche, pero sin Mozart y sin flautas mágicas. Cuando el lunes la Princesa quiso ahuecar el ala y dijo en la embajada de España en Roma lo de “Nos van a echar” no se refería a lo mismo que su tita, pero tiene narices que haya sido en la misma semana.

Soltar a la tita Henar puede ser una estrategia de comunicación. Si Corinna tiene una, a ver por qué no va a poder tenerla la Princesa. Mientras se hable de Henar no se habla de Letizia en el Vaticano, de sus salidas nocturnas por la calle Montera o de su carácter. De hecho, leyendo la entrevista de Henar Ortiz hasta se puede activar un mecanismo de solidaridad con la Princesa. Se la compadece, se alegra uno de no tener una tía semejante. Pero, por otro lado, parece inofensiva (pese a lo bocazas). No es Lady Catherine de Bourgh, la horrible tía de Darcy en Orgullo y prejuicio, solo es una mente dispersa, una viva la Virgen (aunque se diga laica y roja). La tita Henar solo te pone en evidencia, que es lo que se espera de la familia. Así que tampoco es un gran perjuicio el que causa. “Católica de eventos” llama a su sobrina. Muchos españoles son católicos de eventos, religiosos sociales. Pero, Henar, mujer, que Letizia vio la luz, que se lo dijo a Rouco, que no estás al día. Definitivamente, Henar Ortiz es un mecanismo de distracción. Entretiene muchísimo.

La tita Henar es tan bomba de relojería que parece puesta por la propia Letizia para quitarse presión. Es decir, si uno ve, lee o escucha todo lo que Henar Ortiz dice acaba pensando que esta señora no puede estar tan mal de la cabeza. O a lo mejor es que le falta uno de esos tornillos de la inhibición que de vez en cuando opera Derek Shepperd en Anatomía de Grey, cuando alguien empieza a actuar de forma rara y resulta que un simple corte del neurocirujano lo arregla todo y el paciente vuelve a su ser (a la vez, deja de tocar el culo a las enfermeras). La tita Henar ha dejado caer en Vanity Fair que no cree que Letizia llegue a reinar. Hombre, de momento es reina de la noche, pero sin Mozart y sin flautas mágicas. Cuando el lunes la Princesa quiso ahuecar el ala y dijo en la embajada de España en Roma lo de “Nos van a echar” no se refería a lo mismo que su tita, pero tiene narices que haya sido en la misma semana.