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El pajar de Letizia
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El pajar de Letizia

Carlos García-Calvo escribe en la última entrada de su blog, Grand Class, que le gustó mucho la foto pascual. Que sus protagonistas eran como los supervivientes

Foto: El pajar de Letizia
El pajar de Letizia

Carlos García-Calvo escribe en la última entrada de su blog, Grand Class, que le gustó mucho la foto pascual. Que sus protagonistas eran como los supervivientes de la tempestad unidos para dar una imagen de normalidad, y que solo faltaban los hijos de la infanta Elena. Ay, la tentación acuática es hacer una broma con ‘Lo imposible’. Bueno, lo dejamos. A la Princesa solo le afea “el largo del pantalón y el feo zapato”. Un día, doña Letizia dijo a Carlos García-Calvo que si la quería un poco se callara lo que no le gustara de ella. Lo cierto es que es siempre bastante amable con todo lo que tiene que ver con la Princesa, aunque no se calle mucho lo que le parece feo. En todo caso, en el post la defiende de lo que considera ataques “muy injustos” por parte de “ciertos sectores de la prensa agridulce a la caza de una nueva víctima royal”. Hombre, nueva, nueva no parece. La pobre es, desde el principio, blanco de lo que él llamaría lenguas anabolenas. En todo caso, la defiende de las críticas que ha recibido por las salidas a bares con sus amigas. “Sería mucho peor que saliese con amigos”, alega con sentido común. Es que si saliera con amigos ya habría empezado la gente a alistarse para apedrearla. Metafóricamente, por supuesto.

Escribe García-Calvo que el Príncipe se muestra comprensivo con todo esto porque “debe de saber lo traumática que ha sido para su mujer la transición de Valdebernardo a la Zarzuela”. Zasca, en toda la boca. Aunque al revés sería más traumático. Y recuerda a un rey de cuento que “dejaba que su mujer, antigua pastorcilla, tuviese una habitación decorada como un pajar” para desconectar. Claro, es un poco como la habitación propia de Virginia Woolf, esa habitación que Marge Simpson, la mamá de Los Simpson, da por hecho que es la cocina. Las salidas son para la Princesa su habitación propia. O su Trianon, el palacete de María Antonieta en Versalles, como ya hemos dicho por aquí. Pajar, habitación propia, Trianon… ¡Fiesta!

Carlos García-Calvo escribe en la última entrada de su blog, Grand Class, que le gustó mucho la foto pascual. Que sus protagonistas eran como los supervivientes de la tempestad unidos para dar una imagen de normalidad, y que solo faltaban los hijos de la infanta Elena. Ay, la tentación acuática es hacer una broma con ‘Lo imposible’. Bueno, lo dejamos. A la Princesa solo le afea “el largo del pantalón y el feo zapato”. Un día, doña Letizia dijo a Carlos García-Calvo que si la quería un poco se callara lo que no le gustara de ella. Lo cierto es que es siempre bastante amable con todo lo que tiene que ver con la Princesa, aunque no se calle mucho lo que le parece feo. En todo caso, en el post la defiende de lo que considera ataques “muy injustos” por parte de “ciertos sectores de la prensa agridulce a la caza de una nueva víctima royal”. Hombre, nueva, nueva no parece. La pobre es, desde el principio, blanco de lo que él llamaría lenguas anabolenas. En todo caso, la defiende de las críticas que ha recibido por las salidas a bares con sus amigas. “Sería mucho peor que saliese con amigos”, alega con sentido común. Es que si saliera con amigos ya habría empezado la gente a alistarse para apedrearla. Metafóricamente, por supuesto.