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Otro sarpullido

Peñafiel escribió una carta a la infanta Cristina en su columna Azul & Rosa de ayer en El Mundo (bueno, era una página entera). José Antonio Zarzalejos había

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Peñafiel escribió una carta a la infanta Cristina en su columna Azul & Rosa de ayer en El Mundo (bueno, era una página entera). José Antonio Zarzalejos había escrito antes una carta al Rey. No es que Letizia no tenga quien le escriba: a ella le escriben libros enteros desde el resentimiento y la familia materna. En su columna de El Confidencial, Zarzalejos elogiaba el discurso del Príncipe ante los jueces, asegurando que “está en plena sintonía con los tiempos, aunque haya canallas que, por dinero y mediante la agresión a la intimidad de su esposa, quieran también erosionar la esperanza que representa”. Luego anima al Rey a dimitir. Por seguir con la revista de prensa, el sábado David Gistau también resaltaba la imagen de don Felipe en la entrega de despachos en Barcelona: “De entrada, se nota que no ha vivido tan protegido por la naturaleza intocable concedida a la Monarquía por la Transición, y menos desde que eligió matrimonio. Es consciente de que miembros de su familia han complicado el futuro de su reinado y, por añadidura, el del país. Tanto, que no cabe esperar compasión cuando se refiera a ellos, o cuando evite referirse a ellos, pues bastante tiene con mantener intacto su propio eslabón dinástico”.

A su eslabón dinástico, como un sarpullido purulento, le ha salido el libro de un primo de Letizia. A partir de hoy, cuando se publica, veremos su repercusión. Dicho libro se une como libro marronazo a Letizia Ortiz. Una republicana en la corte del Rey Juan Carlos, de Isidre Cunil y, según las declaraciones del primo-joya, algunas de sus afirmaciones parten de documentos en poder del editor. Dice el primo Rocasolano y abogado que los Príncipes le encargaron deshacerse de esos papeles. Visto lo visto, los Príncipes tendrían que haber encargado el trabajito a la Olivia Pope de Scandal o al Señor Lobo de Pulp Fiction y no a un primo de poco fiar que invoca ¡el derecho canónico! y reconfirma la teoría de Oscar Wilde: todo gran hombre tiene sus discípulos pero siempre es Judas quien escribe su biografía. “Por dinero y mediante la agresión a la intimidad”.

Peñafiel escribió una carta a la infanta Cristina en su columna Azul & Rosa de ayer en El Mundo (bueno, era una página entera). José Antonio Zarzalejos había escrito antes una carta al Rey. No es que Letizia no tenga quien le escriba: a ella le escriben libros enteros desde el resentimiento y la familia materna. En su columna de El Confidencial, Zarzalejos elogiaba el discurso del Príncipe ante los jueces, asegurando que “está en plena sintonía con los tiempos, aunque haya canallas que, por dinero y mediante la agresión a la intimidad de su esposa, quieran también erosionar la esperanza que representa”. Luego anima al Rey a dimitir. Por seguir con la revista de prensa, el sábado David Gistau también resaltaba la imagen de don Felipe en la entrega de despachos en Barcelona: “De entrada, se nota que no ha vivido tan protegido por la naturaleza intocable concedida a la Monarquía por la Transición, y menos desde que eligió matrimonio. Es consciente de que miembros de su familia han complicado el futuro de su reinado y, por añadidura, el del país. Tanto, que no cabe esperar compasión cuando se refiera a ellos, o cuando evite referirse a ellos, pues bastante tiene con mantener intacto su propio eslabón dinástico”.