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Nostalgia de la delgadez

Llega un momento en que debe hasta resultar agradable que te digan lo delgaducha que estás. Sobre todo cuando llevas un tiempo escuchando cosas peores. La

Foto: Nostalgia de la delgadez
Nostalgia de la delgadez

Llega un momento en que debe hasta resultar agradable que te digan lo delgaducha que estás. Sobre todo cuando llevas un tiempo escuchando cosas peores. La revista mexicana Caras, al menos en su edición digital, tiene desde hace dos días este titular: “Letizia Ortiz, ¿demasiado delgada?”. La pieza se ilustra con la Princesa el jueves en el Auditorio Nacional de Música con motivo del 80 aniversario de la Casa de Nazareth, proyecto social de la Fundación Luca de Tena (luego se calzaría la chupa y se iría al Arzábal). Llevaba la Princesa el viejo vestido de Hugo Boss con brillos de túnica nazarena. Mientras, con las mismas fotos, ¡Hola! titulaba: “Doña Letizia da una nueva lección de elegancia en un concierto benéfico”.

Pero íbamos a la mexicana. “Su outfit delató sus esqueléticos brazos, su diminuta cintura y sus delgadas piernas, lo que hace pensar que en la dieta diaria de su Alteza algo no va bien”, se lee en la publicación americana. Y sigue: “Muchos medios españoles resaltan que doña Letizia da una imagen de tener poca grasa en el cuerpo, lo que no se sabe es si es una condición genética, si es debido al estrés o simplemente al exceso físico”.  ¿Y las tres no valen? Qué gracia lo de dar una imagen de tener poca grasa en el cuerpo. Pues claro. Pero tampoco es que tenga el síndrome de Marfan, vaya. Que no es Javier Botet, el español que hace de madre en Mamá. Es delgada y hace ejercicio. Esos músculos son de muchas repeticiones con poco peso.

Resultará agradable que hablen de tus “esqueléticos brazos” antes que de otras cosas. Tirando del libro maldito, hay que recordar que David Rocasolano cuenta que en Ribadesella a doña Letizia la llamaban La grulla (a ella y a sus hermanas) por su extrema delgadez. Hay veces en que a perro flaco todo son grullas. Pero este asunto de la figura casi ha provocado nostalgia de tiempos mejores.

Llega un momento en que debe hasta resultar agradable que te digan lo delgaducha que estás. Sobre todo cuando llevas un tiempo escuchando cosas peores. La revista mexicana Caras, al menos en su edición digital, tiene desde hace dos días este titular: “Letizia Ortiz, ¿demasiado delgada?”. La pieza se ilustra con la Princesa el jueves en el Auditorio Nacional de Música con motivo del 80 aniversario de la Casa de Nazareth, proyecto social de la Fundación Luca de Tena (luego se calzaría la chupa y se iría al Arzábal). Llevaba la Princesa el viejo vestido de Hugo Boss con brillos de túnica nazarena. Mientras, con las mismas fotos, ¡Hola! titulaba: “Doña Letizia da una nueva lección de elegancia en un concierto benéfico”.