Esa expresión

Las fotos que hemos visto de la cena en honor del presidente uruguayo en el palacio de la Zarzuela resultan inquietantes. Una en especial. Una de la princesa de Asturias, claro. Hay un rumor insistente (es cierto que sólo un rumor) que deja caer la intención de los defensores del Rey por potenciar la imagen del monarca en estos tiempos difíciles de su reinado. Y ello lleva aparejado, por pura lógica, cierto menoscabo de la figura del Príncipe y, por consiguiente, de la figura de su esposa. Las pocas imágenes que se han servido de la recepción a José Mujica Cordano son de la Casa de S.M el Rey. No de un fotógrafo cualquiera, vaya. Son de la casa. Vienen de la casa.

Es verdad que en todos sitios cuecen habas. Solo hay que ir a la página 33 de la revista Semana. Se ve a la Familia Real sueca en palacio cuando recibió al equipo de hockey sobre hielo, que ha logrado el campeonato del mundo. Están a punto de posar. El rey Carlos Gustavo se está ajustando las gafas, el príncipe Carlos Felipe parece que mira el móvil, la reina Silvia mira para un lado y la princesa Victoria, con la niña a cuestas, para el otro. Y el mejor, Daniel, el marido de la heredera, el único que mira a la cámara pero con una postura absurda de piernas abiertas y brazos cruzados. Les falta algún chándal para parecer ‘The Royal Tenenbaums’. Es una captura que normalmente se desecharía. Eso sí, seguramente había fotógrafos de fuera.

Pero, volviendo a lo nuestro, ni que decir que doña Letizia, que llevaba el mismo modelo que en la entrega de los últimos Premios Príncipe de Asturias, es muy guapa y muy fotogénica. Por eso no se entiende que la imagen en que aparece ella sola haya pasado un mínimo filtro. Su expresión da un poquitín de miedo. Esa es la razón por la que resulta sospechosa la foto. ¿No había otras con el gesto más suavizado? Pobre princesa, la próxima vez se pone a elegir los retratos antes de que se den a la prensa. Porque si ha elegido y ha dado el visto bueno nos callamos.