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Reina Letizia

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Aburrimiento

Lo peor no son los problemillas judiciales de Urdangarín, lo peor de nuestra monarquía es lo aburrida que resulta, su poca parafernalia y su poca pompa.

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Lo peor no son los problemillas judiciales de Urdangarín, lo peor de nuestra monarquía es lo aburrida que resulta, su poca parafernalia y su poca pompa. Eso sí, circunstancias para no tenerla le sobran. Y claro que no olvidamos que no son tiempos de armiños, pero es que no los recordamos. El Hola de esta semana, en lugar de sacar la casa de Fiona Ferrer u otras wakus del orbe, saca a la reina de Inglaterra en un formidable reportaje. Son las ilustraciones del libro Los guardianes del reino. Y ahí vemos a una serie de hombres y mujeres que desarrollan unos antiquísimos oficios relacionados con la Corona que dejarían con la boca abierta a los fans de Juego de tronos. De todas maneras, lo primero es la Reina en medio del campo con su majestuosa capa de la Orden del Cardo. Muy ponible para el campo.

Luego ya empiezan a salir el halconero real, el guardián Bachuil con la vara del santo (parece de José Mota), el pescador de pan y los probadores de carne y pescado o las damas de la Trinidad, que son una especie de carcamales vestidas de brujitas. Datan de 1616, tenían que ser solteras,  tener como mínimo 56 años y no podían ser mendigas comunes, ni rameras, ni borrachas que frecuentasen tabernas, posadas y masones. No tenemos muy clara la diferencia entre mendigas comunes y otras. Pero hay más. El marcador de cisnes de la Reina o la dama del Rosel, cuya labor consiste (consistía, suponemos) en cabalgar a la orilla del mar hasta que el agua llega a los estribos para llevar la monarca hasta la orilla. Como la sillita de la Reina pero a caballo. Y otro mejor; el portador de la vara para fustigar a los perros en la catedral de Exeter (era un cargo importante porque los perros eran una molestia en las iglesias).

Aquí tenemos lo que tenemos. Algún cardo pero sin capa.  Eso sí, tuvo gracia el otro día el padre Ángel cuando calificó a doña Letizia como la “princesa solidaria” y a la Reina, como la “madre de los desfavorecidos”. Sabemos a qué se refería pero no pudimos evitar pensar en la infanta Cristina como desfavorecida. Pobre.

Lo peor no son los problemillas judiciales de Urdangarín, lo peor de nuestra monarquía es lo aburrida que resulta, su poca parafernalia y su poca pompa. Eso sí, circunstancias para no tenerla le sobran. Y claro que no olvidamos que no son tiempos de armiños, pero es que no los recordamos. El Hola de esta semana, en lugar de sacar la casa de Fiona Ferrer u otras wakus del orbe, saca a la reina de Inglaterra en un formidable reportaje. Son las ilustraciones del libro Los guardianes del reino. Y ahí vemos a una serie de hombres y mujeres que desarrollan unos antiquísimos oficios relacionados con la Corona que dejarían con la boca abierta a los fans de Juego de tronos. De todas maneras, lo primero es la Reina en medio del campo con su majestuosa capa de la Orden del Cardo. Muy ponible para el campo.