Despedida y cierre (otra vez)

En su último número, la revista Mongolia saca un reportaje titulado ‘El milagro del libro que no existe pero se vende’. El libro, claro, es Adiós, Princesa, de David Rocasolano. El editor, Ramón Akal, lo compara con el Retrato de la Familia de Carlos IV de Goya: “La obra de Goya muestra una familia desvertebrada y tiene un gran valor por ello. ¿Habría que censurarla porque afecta a la intimidad”. La publicación no se resiste (es demasiado goloso) a poner en la doble página el cuadro de Goya y una fotografía de la Familia Real y los Rocasolano con motivo del bautizo de la infanta Sofía. Eso sí, en la familia más contemporánea no hay nadie como la infanta María Josefa y su lunar gigante.

Según fuentes de la editorial, sólo en el mes de abril se vendieron 40.000 ejemplares del libro. Y eso sin que haya salido en los periódicos. Recuerdan, sin embargo, que sí ha sido reseñado en la prensa de fuera, incluso en la seria (The Telegraph). Sobre la censura, señala el texto de la cada vez más conocida revista satírica “que el consenso manufacturado de los grandes medios hace imprescindible seguir la prensa extranjera para estar bien informado de lo que sucede aquí, especialmente en asuntos relacionados con la banca y la Monarquía”. Tienen parte de razón pero en la era de internet, y este es un ejemplo, también se puede uno enterar del contenido de un libro difícil de vender y ocultado en los medios tradicionales. Y no hay necesidad de ir a la prensa internacional. Pero por supuesto que el libro se vende con silenciador. Lo mejor es el final del artículo: “Antonio López lleva 20 años trabajando el Retrato de la Familia oficial. Con tantos matices que reflejar, casi parece lo normal”.  

Otra cosa. David Rocasolano reabrió el blog, publicó foto nueva del cumpleaños de su abuelo y volvió a cerrarlo. “Me marcho. Así de simple. Gracias”. Se ha despedido con una cita de Salinger: “Lo que distingue al hombre insensato del sensato es que el primero ansía morir orgullosamente por una causa, mientras el segundo aspira a vivir humildemente por ella”.