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Reina Letizia

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A 100 metros

 Los Príncipes han vuelto a Cataluña, que no es el lugar del crimen pero sí el de la más importante y sorprendente pitada que han recibido.

Foto: A 100 metros
A 100 metros

 

Los Príncipes han vuelto a Cataluña, que no es el lugar del crimen pero sí el de la más importante y sorprendente pitada que han recibido. Esta vez pudieron ser blindados contra abucheos. Porque ya van preparados y porque los abucheos y el jaleo no estaban en el Palacio de Congresos de Gerona, donde se entregaron los Premios Fórum Impulsa, sino en la calle, que es más fácil de controlar (siempre y cuando no se trate de brasileños; aquí somos más dóciles). El caso es que uno no se imagina a los antidisturbios con la porra en el interior del Liceo o en interior del Auditorio Nacional. Pero fuera, sí. El acto de la Fundación Príncipe de Gerona del miércoles, con la Princesa muy guapa y vestida de Hugo Boss, fue una burbuja ajena a los protestones, que estaban en el quinto pino. A 100 metros del edificio.

Los Mossos d’Esquadra mantuvieron a raya a un grupo de manifestantes que se presentaron con las escopetas cargadas, como es habitual últimamente en cuanto hay previstas personas principales en un acto (no pasa sólo con la Familia Real, pero con la Familia Real la cosa retumba). La policía acabó soltando estopa cuando algunos de los manifestantes más revoltosos intentaron saltar el control. Estaba como para pasar. 10 furgones de Mossos nada menos. Por la parte contraria había desde independentistas organizados a miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. El grupo llevaba una pancarta: “En Girona construimos socialismo. Països Catalans”, que a saber qué tiene que ver eso con los Príncipes de Asturias.  

Habrá a quien le parezca que los Mossos se excedieron (y no sólo porque seis de los manifestantes recibieran palos). Habrá a quien le parezca un poco excesiva esta protección de los Príncipes contra inofensivos gritos. Habrá quien crea que su privilegiada posición les obliga a aguantar el chaparrón, dure lo que dure. Pues peor es la protección que Hacienda, la Fiscalía y otros parecen desplegar sobre la infanta Cristina.