Fuerza centrípeta

El sábado, Henar Ortiz, la tía de la Princesa, decía en LOC que el interés mediático que suscitaba su familia obedecía a “una fuerza centrípeta” que los arrastró a raíz de lo de su sobrina. En la entrevista que le hace Eduardo Verbo asegura: “Es un círculo vicioso: los medios nos catapultaron sin más y, en caída libre, aparecimos en medio de un circo romano repleto de leones…”. Para leones, los de su sobrina, a la que ayer echaron al circo madrileño de Lavapies. 

Iba a entregar, junto a Lasalle, los premios Buero de Teatro Joven patrocinados por Coca-Cola en el Valle-Inclán, que está en el número 1 de la calle de Valencia, es decir, en la plaza de Lavapies. Si el multicultural barrio no fuera suficiente para prever que habría gente protestando, solo faltaba que la policía hubiera desalojado el solar de Lavapies, un espacio autogestionado por los vecinos, con lo cual los afectados por ese desalojo también fueron convocados a los abucheos. Además, los agentes habían estado identificando desde primera hora de la mañana a todo el que pasaba por los alrededores. Era evidente que el escenario se presentaba animado. Así que a la Princesa le tocó escuchar (si lo escuchó): “Los Borbones fuera de Lavapies”, “Monarquía corrupta” o “Vergüenza”, que eran los gritos de quienes, de lejos, portaban banderas republicanas. Ni siquiera podían acercarse a la comitiva porque la plaza había sido acordonada. Es verdad que eran cuatro gatos pero también que hay una “fuerza centrípeta” que dirige el interés de los medios sobre cualquier protesta que tenga a la Familia Real de blanco. Y es más lógico y previsible que se grite en Lavapies a la Princesa (o a quien sea) que al Rey cuando vaya a Marruecos.

El otro día, en el ‘briefing’ de Casa Real con los periodistas, se dijo que estas manifestaciones no les molestaban pero les parecían de mala educación. No parece que llamar maleducados por anticipado a los abucheadores haya surtido mucho efecto.