Fiestas populares

Uno de los asuntos recurrentes en la prensa las últimas semanas es el referido a las vacaciones de los Príncipes. En general, se habla de las de la Familia Real y se cita mucho Mallorca, pero los artículos se han estado centrando en don Felipe y doña Letizia. Porque a nadie le interesa qué vaya a hacer la infanta Cristina. Más que de las vacaciones, se habla del destino. En periódicos y en revistas. Que si irán a Mallorca si acaso la primera semana de agosto, que si el Rey casi lo hará de forma simbólica, que si la Reina sí que veraneará allí y que, además, invitará a Marivent a sus nietos rubios, a los Urdangarín (solos, sin compañía de padres).  

El subtema preferido es el de las “vacaciones privadas”, expresión que hace tiempo que forma parte del campo semántico referido a los príncipes de Asturias. Sobre todo, a la Princesa. Es decir, esas vacaciones de las que no se da cuenta ni antes de después de haberse producido. Más que “vacaciones privadas”, que también, son “vacaciones secretas”.

De todo lo leído, lo que más nos ha llamado la atención es lo que Mariángel Alcázar, voz autorizada, escribe esta semana en ‘Lecturas’. A saber: “Don Felipe desea este año aprovechar algunos días para aparecer en algún enclave turístico o en alguna de las muchas fiestas populares que se celebran en España, además de compaginar su presencia en Mallorca con los días de vacaciones privadas que cada año se reserva junto a la princesa y las hijas de ambos”. Lo curioso, por supuesto, es esa intención del Príncipe de aparecer en alguna fiesta popular. Porque eso es ir más allá de tomar el tren de Sóller en imagen costumbrista. Descartamos la tomatina, ¿pero qué fiestas elegirán? ¿El descenso del Sella? ¿La semana grande de San Sebastián? ¿El Misterio de Elche? ¿La feria de Málaga? ¿Las carreras de caballos de Sanlúcar? A ver dónde aparecen. Por supuesto que eso no serán vacaciones, como no fue luna de miel lo de Cuenca. Son obligaciones propias de su cargo.