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Los ingresos del duque de Lugo
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Paloma Barrientos

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Los ingresos del duque de Lugo

El duque de Lugo o, mejor dicho, los duques de ídem están de lo más mosqueados con la repercusión mediática que ha tenido y tienen sus

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Los ingresos del duque de Lugo

El duque de Lugo o, mejor dicho, los duques de ídem están de lo más mosqueados con la repercusión mediática que ha tenido y tienen sus supuestas desavenencias conyugales. Unos desencuentros que paradójicamente los validan quienes son gente que hasta hace relativamente poco se jactaba de formar parte de su entorno amistoso, y otros que continúan -según ellos- en contacto casi diario. Presumen no solo de ser confidentes, sino incluso de ejercer como consejeros personales. Y así lo comentan en círculos sociales de relativa relevancia.

La última información en este sentido la escuché de una autodefinida como “voz autorizada”, que aseguraba que por el momento los Duques seguirían viviendo bajo el mismo techo: “Ya le he dicho a Jaime que económicamente no le favorecería una separación y, por supuesto, que se convertiría en invisible socialmente”. A continuación, explicó que el deseo de “todos los amigos es que sigan juntos pase lo que pase”. Ante el asombro, la cara de estupor del respetable y la incredulidad de la mayoría esta amistad reculó. “Bueno, todas las parejas tienen sus crisis y los Lugo no iban a ser menos”.

Por parte de la Infanta Elena, en cambio, la discreción es absoluta. Ninguna de las personas que tienen una relación más o menos directa con la primogénita (colegio, hípica, club puerta de Hierro…) suelta prenda. A lo más que llegan es a comentar como idea propia lo desagradable del asunto y la falta de fidelidad de algunos. Quizás sea precisamente el meollo de la cuestión. Mientras el duque regaña públicamente a los que no le bailan el agua, se explaya -así parece- con los amiguitos/as de nueva hornada. Esos que le halagan y aúpan como elegante y simpático oficial cuando está presente, y después enjuician hasta su dedicación laboral, sin saber, por ejemplo, que en algunas de las empresas su cargo es honorífico y como tal no cobra sueldo. Caso de la Fundación Winthertur, donde me consta que el duque cumple con creces. Algunos de los acuerdos culturales entre la fundación y el ayuntamiento que preside la entrañable Rita Barberá parece que tienen al Duque como precursor de las iniciativas. Como es obvio, ser yerno real tiene sus beneficios y Jaime de Marichalar no iba a ser la excepción.

Pero curiosamente sus cargos son quizá más públicos y transparentes que, por ejemplo, los de su homologo Iñaki Urdangarin. El cuarto hijo de los condes de Ripalda tiene sueldo elevado como directivo de Credit Suisse, además de las prerrogativas que suponen la agenda oficial como consorte; es consejero de varias empresas españolas y extranjeras, entre ellas Portland Valderribas, Trader Clasiffied Media o la bodega Matarromera (vinculada a Alfonso Cortina), además de asesor del hombre más rico de Francia, Bernard Arnault, dueño de LVMH, que aglutina las marcas más importantes de lujo como Vuitton, Dior, Moet&Chandon o Tag Heur. También comparte negocios con Robert Balkany, ex marido de Maria Gabriela de Saboya, la que fuera novia de juventud de don Juan Carlos, a través de Sociedad General Inmobiliaria, propietaria de centros comerciales y de ocio en los lugares más rentables de Madrid y Barcelona. El duque junto con un primo Gómez Acebo acompañó a Balkany el día de la inauguración del megacentro Plaza Norte en San Sebastián de los Reyes, un lugar donde el metro cuadrado se mide casi en lingotes de oro. Al menos públicamente, nunca más se le volvió a ver por la zona que si es frecuentada por Ana Obregón y el resto de vecinos famosos de La Moraleja.

Con los años y las nuevas colaboraciones laborales más los ingresos de la Infanta como profesora y copropietaria de la guardería en la que trabaja, el patrimonio familiar de los Marichalar Borbón ha ido en aumento. Aunque no hay que olvidar que Marichalar, antes del matrimonio real, recibió una herencia importantísima de una tía materna que murió sin hijos y quiso dejar colocado al sobrino –supongo- preferido. Además de liquidez, el legado comprendía uno o ¿varios? edificios en el barrio de Salamanca, la zona más cara de Madrid. En su día me contaron que Marichalar pagó hasta el ultimo céntimo que supuso los elevados impuestos de los derechos sucesorios a través de los intereses de una imposición a plazo fijo. Por lo que dicen y cuentan, y a diferencia de otros, el duque de Lugo sí tiene las cuentas claras y, además, no le gusta cazar. Él prefiere acudir al club de tiro Cantoblanco y ejercitarse en el Tiro al Plato.

El duque de Lugo o, mejor dicho, los duques de ídem están de lo más mosqueados con la repercusión mediática que ha tenido y tienen sus supuestas desavenencias conyugales. Unos desencuentros que paradójicamente los validan quienes son gente que hasta hace relativamente poco se jactaba de formar parte de su entorno amistoso, y otros que continúan -según ellos- en contacto casi diario. Presumen no solo de ser confidentes, sino incluso de ejercer como consejeros personales. Y así lo comentan en círculos sociales de relativa relevancia.