Es noticia
Menú
Jaime de Marichalar ya no se enfada en público
  1. Celebrities
  2. En Vena
Paloma Barrientos

En Vena

Por

Jaime de Marichalar ya no se enfada en público

Tuvo un tiempo crítico tras la separación de la infanta Elena, donde no había día que no se enfadara con alguien por algo. En sus trabajos,

Foto: Jaime de Marichalar ya no se enfada en público
Jaime de Marichalar ya no se enfada en público

Tuvo un tiempo crítico tras la separación de la infanta Elena, donde no había día que no se enfadara con alguien por algo. En sus trabajos, dependiendo de la categoría del empleado, le temían si se trataba de un subalterno y pasaban de él cuando se trataba de un directivo. No solo su separación le pilló con el pie cambiado, porque nunca imaginó que la hija del Rey se marcharía de casa y le planteara el divorcio, sino que tuvo que asumir que todos aquellos que le decían lo alto, guapo, elegante y listo que era desaparecieran de su vida y decidieran apostar por la primogénita real.

Esta desbandada le afectó profundamente, pero ahora también este aspecto esta superado. Marichalar tiene buenos amigos y sobre todo íntimas, como Conchita March o Marisa de Borbón, que nunca le dejaron solo. Tampoco llevaba nada bien el vacío  de su familia política, que nunca le volvieron a recibir oficialmente. Al fin y al cabo, en su calidad de padre de los ‘nietos reales’ tampoco habría estado mal alguna deferencia. Salvo la Reina, que siempre ha sido muy afectuosa con él y lo sigue siendo, con el resto nunca más se han vuelto a ver.

Con su ex suegra volverá a coincidir el próximo día 7 en Guetaria en el acto de  inauguración del museo Balenciaga. Como el tiempo es el mejor sanador de las heridas sentimentales, Jaime de Marichalar fue superando etapas y ahora aparece en las fiestas públicas sin esa tensión de antes, mucho más alegre e incluso sin la aparente altanería que no le hacia simpático. Ahora, en cambio, se le ve relajado y sonriente, como así lo pudieron percibir los invitados que como él acudieron a la embajada francesa donde Bruno Delaye había organizado un homenaje a la Fiesta taurina que tanto gusta en Francia.

Este año se cumplía la tercera edición y el ex duque no quiso perderse el encuentro amistoso. Marichalar llegaba de la plaza de las Ventas y, como el resto de aficionados, se dedicó a comentar las faenas de la tarde. Entre los muchos convocados que compartieron tarde noche/taurina en los jardines de la casa oficial de Delaye se encontraba Julio Aparicio y su madre la bailaora Maleni, Álvarez del Manzano, Lucio y su hija Mari Carmen, Jacob Bendaham, el torero David Luguillano, Yolanda y Coqui Font, María Luisa García de Linares, Pedro y Begoña Trapote, Antonio e Ioanna Fournier, el director general de Audemars Piguet, Antonio Sewar, y parece que Francisco Rivera, aunque nadie lo vio.

Quizá lo más llamativo fue la cantidad de gente guapa que no forma parte del colorín mediático, pero si del mundo empresarial y social, que adornó el convite. Y por supuesto igual de destacable el apoyo incondicional del embajador a los toros. Mientras, en España, los intolerantes pretenden prohibirlos, en la embajada francesa dos inmensas esculturas de cabezas de toro firmadas por Demo daban la bienvenida a los casi novecientos invitados que disfrutaron de una noche perfecta gracias a los buenos haceres de Lola Alcaraz, la cara amable de la embajada.

Noticias relacionadas

- La infanta Elena y Jaime de Marichalar se 'reencuentran' en los toros

- Jaime de Marichalar se recluye en París

- Jaime de Marichalar y la infanta Elena: el fin del mundo

Tuvo un tiempo crítico tras la separación de la infanta Elena, donde no había día que no se enfadara con alguien por algo. En sus trabajos, dependiendo de la categoría del empleado, le temían si se trataba de un subalterno y pasaban de él cuando se trataba de un directivo. No solo su separación le pilló con el pie cambiado, porque nunca imaginó que la hija del Rey se marcharía de casa y le planteara el divorcio, sino que tuvo que asumir que todos aquellos que le decían lo alto, guapo, elegante y listo que era desaparecieran de su vida y decidieran apostar por la primogénita real.