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Guardiola, el azote del 'golferío'
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Paloma Barrientos

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Guardiola, el azote del 'golferío'

En la época dorada de los dosieres y contradosieres, con Mario Conde, Javier de la Rosa y Roldán como cabezas estelares de las informaciones confidenciales, quien

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Guardiola, el azote del 'golferío'

En la época dorada de los dosieres y contradosieres, con Mario Conde, Javier de la Rosa y Roldán como cabezas estelares de las informaciones confidenciales, quien no aparecía en uno de esos almanaques animados o listado de escuchas no era nadie. Hasta el Rey era personaje investigado por cuestiones ajenas al cargo que más tarde, cuando se descubrió ese contraespionaje, se definieron como “aleatorias”.

Y aunque hayan pasado más de veinte años, como en la letra del tango, la vida sigue igual. El espionaje está a la orden del día y más si se vive en Barcelona, donde todos los becarios quieren trabajar en la agencia de de detectives Método 3, dado el volumen de negocio que maneja esta empresa.

Ahora en las comidas de negocios o, como el otro día, en el Teatro Real, en el estreno de Cosí fan tutte, de Mozart, no se habla de otra cosa. Conversación entre dos empresarios con aspiraciones sociales:

-Oye, ¿tú estás en alguna de las listas de Método 3? 

-No lo sé, pero ya me gustaría. Te da caché. 

-¡¿Cómo?!

- Sí, hombre, si hasta Guardiola tenía controlados a los futbolistas del Barcelona con los detectives de esa agencia para que no se fueran de golferío.

Como  el entrenador no se fiaba de sus chicos, porque cuando los llamaba a casa algunos desviaban las llamadas al móvil, decidió que el mejor control es el que no se sabe. Y así el pobre Piqué tuvo un romance clandestino que no era tal, porque su jefe sabía cómo, cuándo y dónde se encontraba con Shakira. A qué hora se separaban y si se quedaba a tomar churros mañaneros. Ahora habrá que saber cuál es la reacción del futbolista que, por lo que parece, está muy disgustado, ya que se le engañó descaradamente.  

En la época dorada de los dosieres y contradosieres, con Mario Conde, Javier de la Rosa y Roldán como cabezas estelares de las informaciones confidenciales, quien no aparecía en uno de esos almanaques animados o listado de escuchas no era nadie. Hasta el Rey era personaje investigado por cuestiones ajenas al cargo que más tarde, cuando se descubrió ese contraespionaje, se definieron como “aleatorias”.