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Telma Ortiz, la hermana invisible de la princesa
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Paloma Barrientos

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Telma Ortiz, la hermana invisible de la princesa

El divorcio de Telma Ortiz, hermana de la princesa, ha tenido menos repercusión de lo que ella misma esperaba. Tanto es así que la estrategia de

Foto: Telma Ortiz, en un parque de Barcelona en una imagen de archivo (Gtres)
Telma Ortiz, en un parque de Barcelona en una imagen de archivo (Gtres)

El divorcio de Telma Ortiz, hermana de la princesa, ha tenido menos repercusión de lo que ella misma esperaba. Tanto es así que la estrategia de evaporarse del mundo hasta que amainara la tormenta mediática le ha servido sólo para dar más que hablar. Pero parece que a la hermana lo que le gusta es ser protagonista y así continuar culpando al universo en general y a la prensa en particular de lo que ella denominaba acoso y que la justicia sentenció que no se puede estar en misa y repicando.

Lo sorprendente de Telma es la propia vida emocional que se ha fabricado en estos dos últimos años. Se casa con un señor que había sido íntimo de su hermana/princesa, testigo de su boda y de apellido ilustre y sonoro relacionado con la política. El marido, a su vez, publicaría en su perfil su condición de casado y el nombre de su señora que, por si había alguien que no se había enterado, coincide con el de la princesa de Asturias. Con lo cual, la noticia estaba ya más que asegurada, así como la presencia en la boda del cuñado Felipe y las sobrinas Leonor y Sofía, una de las cuales será reina en el futuro. Estos fueron los mimbres iniciales de una relación que si ya fue rara desde el inicio, mucho más cuando se dieron el “sí, quiero”.

Telma Ortiz y su ex, Jaime del Burgo, en Nueva York (Gtres)Al cabo de dos años se anuncia su divorcio, que no ha chocado porque prácticamente la convivencia ha sido escasa. Aunque en este caso este sería un factor positivo para que el compromiso ante Dios y ante los hombres hubiera durado toda la vida. La separación para muchas parejas, por ejemplo, si uno de los dos es marino mercante o astronauta no es motivo de desafecto, sino todo lo contrario. Y es entonces cuando la excusa de la distancia suena a bolero poco creíble. Si Telma no tenía trabajo, porque pudo elegir dejar su puesto de libre designación en el Ayuntamiento de Barcelona e instalarse con su amado en cualquier lugar, el motivo habría que buscarlo quizá en otro lado. ¿Incompatibilidad?

Pero lo que me tiene aún más intrigada es que la pareja, ya divorciada, ha solicitado la anulación matrimonial ante el tribunal de La Rota. ¡Con lo que cuesta el trámite! Me pregunto de qué vive Telma Ortiz, una joven que quiso popularidad y luego le vino grande. ¿No sería mejor dar normalidad a su vida? Lo hacen otros muchos familiares que han tenido la suerte de que alguno de sus parientes entroncaran con un royal. ¡Con los muchos privilegios que eso conlleva!

Por ahora Telma es invisible y tampoco se sabe porqué. Estoy por irme de okupa a su casa.

El divorcio de Telma Ortiz, hermana de la princesa, ha tenido menos repercusión de lo que ella misma esperaba. Tanto es así que la estrategia de evaporarse del mundo hasta que amainara la tormenta mediática le ha servido sólo para dar más que hablar. Pero parece que a la hermana lo que le gusta es ser protagonista y así continuar culpando al universo en general y a la prensa en particular de lo que ella denominaba acoso y que la justicia sentenció que no se puede estar en misa y repicando.

Prensa Divorcio Nueva York