Es noticia
Menú
Infanta Elena, la gran perjudicada
  1. Celebrities
  2. En Vena
Paloma Barrientos

En Vena

Por

Infanta Elena, la gran perjudicada

La infanta Cristina vuelve a ser el peón de la discordia. En la hoja de ruta diseñada por Zarzuela no se sabe qué hacer con ella

Foto: La infanta Elena, en una imagen de archivo en Madrid (Gtres)
La infanta Elena, en una imagen de archivo en Madrid (Gtres)

La infanta Cristina vuelve a ser el peón de la discordia. En la hoja de ruta diseñada por Zarzuela no se sabe qué hacer con ella en el organigrama de la proclamación/coronación de Felipe VI. Las opciones son varias, todas complicadas y con importante repercusión mediática internacional. Si se la excluye de los actos conmemorativos, malo, y si está presente, peor. En estos días no se habla ni se escribe del siguiente paso que debe dar el juez instructor Castro con respecto a la imputación de la hija mediana de don Juan Carlos y doña Sofía, que también se encuentran en tierra de nadie al no haber diseñado una Ley de la Corona y desconocer incluso en Zarzuela cuál es el tratamiento adecuado que hay que dar a las majestades.

El caso es que si se cumplen los plazos legales, en breve se debería notificar a la infanta de España (que lo seguirá siendo siempre) si se la libera de los delitos de los que se la acusa o se mantienen. Y en ambas situaciones el problema continúa sin resolverse. Si no tiene nada que ver con las tropelías que supuestamente cometió Urdangarin tampoco se la puede castigar públicamente. Hacerla invisible y apartarla como si fuera una delincuente sería una injusticia. Y mucho más cuando en el paquete de lo intangible se quiere meter también a la infanta Elena, que hasta ahora ha mantenido un perfil institucional impecable. Ir a rebufo de su hermana y, por ello, relegarla de la fiesta de la Corona del futuro Felipe VI es una faena gorda. Por ahora, y si no hay cambios, si no va Cristina tampoco va la hermana mayor. Es lo que tiene la unidad familiar, aunque el encaje de bolillos de Zarzuela sea de romperse la cabeza.

Al final y dado que los fastos se reducen al mínimo sin oropeles, ni carroza, ni manto de armiño, sin infanta y sin reyes ‘padres’, la coronación va a quedar casi en una celebración doméstica en vez del nombramiento del nuevo Jefe del Estado.

La infanta Cristina vuelve a ser el peón de la discordia. En la hoja de ruta diseñada por Zarzuela no se sabe qué hacer con ella en el organigrama de la proclamación/coronación de Felipe VI. Las opciones son varias, todas complicadas y con importante repercusión mediática internacional. Si se la excluye de los actos conmemorativos, malo, y si está presente, peor. En estos días no se habla ni se escribe del siguiente paso que debe dar el juez instructor Castro con respecto a la imputación de la hija mediana de don Juan Carlos y doña Sofía, que también se encuentran en tierra de nadie al no haber diseñado una Ley de la Corona y desconocer incluso en Zarzuela cuál es el tratamiento adecuado que hay que dar a las majestades.

Infanta Cristina Infanta Elena Rey Don Juan Carlos