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Así se diseñó a la futura reina de España
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Gema López

Malas Lenguas

Por
Gema López

Así se diseñó a la futura reina de España

Este fin de semana se han cumplido diez años del anuncio de compromiso del soltero de oro de la dinastía Borbónica con la intrépida periodista, Letizia,

Foto: Día del anuncio del compromiso, en noviembre de 2003 (I. C)
Día del anuncio del compromiso, en noviembre de 2003 (I. C)

Este fin de semana se han cumplido diez años del anuncio de compromiso del soltero de oro de la dinastía Borbónica con la intrépida periodista, Letizia, con z, Ortiz.

Una década ha pasado desde que la maquinaria de Zarzuela precipitase el comunicado, ante el temor de que cualquier medio de comunicación con buenas fuentes diese la noticia de un noviazgo y las lenguas viperinas estropeasen lo que ya estropearon con Eva Sannum. En esta ocasión, no se podía permitir que las tertulias se rellenasen con imágenes y testimonios sobre la vida y andanzas de una mujer que a los 30 ya había vivido lo suyo.

Era necesario un cortafuego que salvase a Letizia y, para ello, nada mejor que convertir de la noche a la mañana a una periodista reconocida en prometida de Felipe, porque no es lo mismo criticar a una novia noruega que desfila en ropa interior y calcetines que a la futura reina de España.

Hecho el anuncio oficial, hasta los más atrevidos fueron cautos y los teléfonos, que no se habían levantado cuando más de uno criticaba a la bella Eva y era perseguida micrófono en mano por las calles de Oslo, comenzaron a sonar, horas después de que toda España fuese consciente de que por fin el heredero se iba a casar.

La operación comenzó varios meses antes y por eso, no fue de extrañar que cuando Letizia abandonó la cámara para preparar la cabeza que un día será coronada, existiese todo un archivo gráfico de su paso por TVE. Letizia había cubierto los principales acontecimientos nacionales e internacionales, suerte que tuvo ella y no otras compañeras igualmente preparadas, (tal vez tuviese sus últimos caprichos periodísticos antes de abandonar la profesión para convertirse en princesa), pero lo más llamativo es que alguien se había encargado de grabar su imagen no solo delante de la cámara, sino detrás, algo muy poco frecuente en cualquier caso de reportero desplazado, donde la noticia es otro y no uno mismo. Pero Letizia estaba llamada a reinar y, una vez anunciado el compromiso, no hubo más que tirar de archivo para que España conociera lo laboriosa y preparada que era la candidata elegida.

Otra casualidad es que la misma mañana del anuncio, un periódico de tirada nacional afín a la monarquía, dedicase dos páginas a elogiar las virtudes de la presentadora del Telediario, un publirreportaje que a primera hora de ese día pasaba desapercibido, pero que estaba perfectamente estudiado por quienes sabían que el destino de la periodista iba a cambiar a partir de esa jornada.

Al día siguiente, en mitad de un puente y a pesar de que todas las plantillas de los programas televisivos se habían dado un respiro, las parrillas improvisaron programas especiales y ahí llegó la sorpresa. Un directivo decidió hacer una encuesta sobre el nivel de aceptación de Letizia por parte de la audiencia que devoraba cada detalle de la vida de la novia. Un divorcio a sus espaldas y el hecho de ser plebeya jugaron en su contra, pero el resultado finalde aquella encuesta nadie lo sabrá, porque cuando aquellos datos comenzaron a pronosticar un revés para la futura princesa, un teléfono sonó y la voz del pueblo se dejó de oír.

Pero entre todas aquellas voces hubo una que no se escuchó, la de un colaborador que había coincidido con la periodista Letizia y cuya presencia aquella tarde en una mesa de tertulia fue anulada por órdenes ‘de arriba’. La información que guardaba aquel apuesto contertulio para que su testimonio supusiese una amenaza, algún día se sabrá.

Han pasado diez años y lo que no se contó entonces,el tiempo y un primo abogado que terminó como escritor lo destapó, pero nadie mejor que ella, y sus actitudes acertadas en ocasiones y muy desacertadas en otras, han servido para que el pueblo se haga a la idea de cómo es la futura reina de España, una década después, de retirar fotos, camuflar datos biográficos, anular testimonios y censurar encuestas.

Este fin de semana se han cumplido diez años del anuncio de compromiso del soltero de oro de la dinastía Borbónica con la intrépida periodista, Letizia, con z, Ortiz.