El nieto de la Pantoja, sin exclusiva bajo el brazo

Contra todo pronóstico, Alberto II Isla Pantoja, o lo que es lo mismo, el segundo nieto de La Panto, ha nacido y hasta el momento no hay firmada ninguna exclusiva repleta de ceros que pague la primera instantánea de un bebe del que durante varios meses no se ha parado de hablar.

El hecho de que la noticia estuviese guardada en el congelador de todas las redacciones de la cosa rosa, esperando que la futura mamá cumpliese la mayoría de edad para ser anunciada a bombo y platillo, hacía sospechar que no solo se pagaría por ver la tripa prominente de la hija de la tonadillera, sino que la llegada al mundo del Albertito iría acompañada de un reportaje de esos que tanto gustaban a la cantante en los tiempos en los que las penas se escondían bajo sonrisa de portada.

Pero ni una cosa ni la otra. Si durante los primeros meses de gestación el retiro forzado de Chabelita acrecentó el morbo de ver publicada una primera foto de esa niña que iba a ser mamá, sus largos paseos ante todos los fotógrafos sin esconderse de nada ni de nadie y las correrías de un noviazgo contado en los platós de televisión, devaluaron el material hasta el punto de que solo las revistas más pequeñas pagaron una cantidad insignificante por llevar en sus páginas las instantáneas.

Solo quedaba por saber si, con el nacimiento, la única publicación con capacidad de firmar un cheque al portador estaría dispuesta a quedarse con la exclusiva. Pero las circunstancias familiares y las condiciones del mercado han jugado en contra de una pareja que podía iniciar una nueva vida, comercializando con la cara de un niño con apellido de estirpe y tradición en esto de posar.

Por una parte, la pareja formada por Alberto Isla y la hija de la Pantoja no tiene entidad en el mundo del colorín como para ser portada por sí misma, sin el reclamo que supone la aparición estelar de la cantante. Tan solo una revista menor pagaría por una exclusiva de los papás y la criatura a quienes ya empiezan a considerar personajes de segunda categoría en el ranking de wikicuore. Por otra, no tendría mucho sentido que todos apareciesen juntos y sonrientes como una familia feliz cuando en realidad no lo son. Basta con recordar que Alberto fue expulsado de ese búnker llamado Cantora, donde era considerado persona non grata, que su cuñado, ese chico llamado antaño Paquirrin, le puso como un trapo en el sillón Deluxe de los bien pagados y que las dos abuelas se han conocido en las puertas del paritorio. Con esta trama de culebrón andino, cualquier foto que hoy se publicase mañana sería duramente criticada por inverosímil.

El público, al que tanto gusta devorar los entresijos de las vidas ajenas, ya no traga con fuegos de artificio y después de que día a día la prensa se haya encargado de demostrar las posturas hasta ahora irreconciliables de los unos y los otros, nadie daría crédito a la estampa de la matriarca dando cobijo al que un día llevó a su hija por el mal camino.

La mala experiencia vivida con la felicidad vendida en portada de Jessica Bueno y Kiko en compañía de Pantoja, que duró lo que tardaron en reprocharse quién iba a llevarse la mayor parte del motín, ha sido suficiente para que los que antes pagaban por exclusivas ahora se lo piensen.

Si a todo esto sumamos que la folklórica ya no es la de antaño y que una imputación, una sentencia y sus recientes problemas con hacienda han terminado de manchar la imagen de la que un día fue viuda de España reventando los kioscos, la cosa parece clara; Albertito ha nacido y nadie parece dispuesto a pagar por su primera puesta en escena.