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El corsé de Ana Blanco
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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El corsé de Ana Blanco

Existe una mujer que narra con la misma entonación el inicio de la Guerra de Irak y el de las fiestas de San Isidro. Ella es aséptica

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El corsé de Ana Blanco

Existe una mujer que narra con la misma entonación el inicio de la Guerra de Irak y el de las fiestas de San Isidro. Ella es aséptica por definición; un busto parlante esculpido por los griegos en el friso del Telediario. Inmóvil, hierática, inexpresiva...

Kate Winslet tiene en Titanic el rostro de Ana Blanco en aquella secuencia en la que su madre en la ficción le aprieta el corsé hasta el dolor como metáfora -simple, todo hay que decirlo- de la represión a la que vive sometida. En el caso de Blanco, eso sí, es ella misma la que se ciñe los cordajes. Y eso le ha valido salir indemne de todas y cada una de las purgas, al más puro estilo soviético, que ha vivido TVE en los años de democracia.

Matías Prats, Ernesto Sáenz de Buruaga, Alfredo Urdaci, Lorenzo Milá… Ella les ha visto caer a todos. Y allí siguen, ella y su peinado, impertérritos al paso del tiempo, después de veinte años, seis legislaturas y tres gobiernos de distinto signo político: los de Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.

Estos días, Ana Blanco ha narrado con absoluta indiferencia, en ese tono institucional que sin duda domina mejor que nadie, la debacle de sus ahora jefes en las elecciones municipales y autonómicas. Y lo ha hecho (unidas en un especial y después por separado) junto a las dos damas de hierro de la actual televisión pública, Ana Pastor y Pepa Bueno, cuyas cabezas esperan temblorosas la caída de la guillotina electoral del marzo venidero.

Ellas saben, lo sabe todo el mundo, que tienen los días contados como caras visibles de la Corporación. Pastor es persona non grata en el Partido Popular, tras los controvertidos encontronazos dialécticos con baronesas de la derecha como Esperanza Aguirre o María Dolores de Cospedal, por lo que sus Desayunos a costa de los Presupuestos Generales del Estado tienen ya fecha de caducidad. Por su parte, Pepa Bueno, directora y presentadora de Telediario 2, ha sido acusada de manipulación informativa por el PP en numerosas ocasiones durante los últimos años y también tiene claro que debe ir haciendo el equipaje.

Dicen algunos que ambas no se llevan del todo bien, que la reciente entrevista de Pastor a Ahmadineyad despertó los celos de Pepa Bueno y que la primera se decanta por Chacón y la segunda por Rubalcaba en el problema sucesorio del PSOE. Sin embargo, no hay noticias de cuál es la opinión de Ana Blanco al respecto de esta cuestión ni de ninguna otra. Algunas voces dicen que es socialista pero, ¿hay alguna prueba? Eso le valdrá, probablemente, la continuidad en tiempos de Rajoy... o de quien venga.

Pastor hará las maletas y se irá, pues suspendió las últimas oposiciones a la Corporación y no forma parte de la platilla de funcionarios. No hay que preocuparse demasiado por ella, porque sin duda tiene buenos padrinos. Pepa Bueno, si no hay ofertas, trabajará pronto en los pasillos de la Pública. Sí, los pasilleros de hoy en TVE serán los redactores del mañana y viceversa. Pasa cada cuatro u ocho años. Funcionarios que cobran su sueldo por el inestimable esfuerzo que supone ir a fichar. Les pasa a todos, menos a Ana Blanco, que lleva bien apretado el corsé.  

Existe una mujer que narra con la misma entonación el inicio de la Guerra de Irak y el de las fiestas de San Isidro. Ella es aséptica por definición; un busto parlante esculpido por los griegos en el friso del Telediario. Inmóvil, hierática, inexpresiva...

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