Patricia Conde y el color del dinero

Venga, háblame del dinero. ¿Te seduce? Siempre.

Y si lo dice Gordon Gekko, siempre es siempre. Hablemos, por ejemplo, de Patricia, Patricia Conde, que no es familia del expresidentede Banesto, mi Mario del alma (que ya me estará poniendo a caldo en Twitter por este arranque, as usual), pero hoy sin duda es más Conde que nunca. Maldito parné.

Supongo que saben de quién les hablo. Patricia. La recordarán como aquella rubia díscola que otrora, en sus años mozos, en sus días de gloria, que los tuvo, como Mario, mi Mario del alma, se convirtió en el azote de Vasile, en el garrote vil de la basura catódica, en la mantis religiosa de los narcos,las meretrices ylas señoras de barrio recalificadaspor Dior. Sé lo que hicisteis marcó una época. Perro comía perroy eso nos gustaba. Patricia fue, exagerando,una especie de heroína para una generación de descreídos. Una mujer de férreos, muy férreos ideales. Pero…

Los ideales tienen el poder de matar cualquier negocio.

Traiciones famosas a lo largo de la historia ha habido muchas. La más, probablemente, la deJudas. Luego están la deBrutoaJulio César, la deHitleraStalin, la dePinochetaAllende. Infinidad. En muchas de ellas, claro, la culpa la tuvo un cheque en blanco. Dalila le hizo un malintencionado corte de pelo aSansónpor dinero. PeroDalila, al menos, no salía todos los días en laSexta hablando mal de Vasile. Vasile llamando a Patricia… “¿Dígame?”.

Lo que importa es el dinero, el resto es conversación.

“¿También tú, Bruto?”. Sí, tú también. Existen muchos tipos de traición. La peor, quizá, la traición a uno mismo. Shsssss... Acaba de sonar el teléfono,porque hablando se entiende la basca. Y en ocasiones sobran las palabras, sobran hasta las letras... “¿Todos esos números redondos son ceros? Perdone, pero como soy rubia”.Apaga la chequera y vámonos.“Tranquila, señorita, no hace falta que se agache, basta con que firme usted aquí”. Al portador.

Cuando trates de dinero, controla tus emociones.

No sé si lo he dicho, pero Vasile ha contratado a Patricia Conde.Acabáramos. Sí, aquella rubia díscola, la presentadora de Sé lo que hicisteis, el azote, el garrote vil, la mantis religiosa. La misma.No, nos pilla porsorpresa. Todos hemos visto esas películas, conocemos el olor y el color del dinero. Supimos también de la historia de Pilar Rubio. La misma historia. El mismo cheque.No es decepción, ni siquiera indignación, porque quizánosotros también loharíamos.En realidades impotencia. ¿Por qué? Porque ha vuelto a ganar. Siempre gana.

El dinero es una puta que se acuesta contigo pero nunca duerme.

Joder, si es queVasile escribió Wall Street.