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Risto Mejide, Mónica Naranjo y los libros de autoayuda
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Risto Mejide, Mónica Naranjo y los libros de autoayuda

Domingo. Viajando con Chester nos encontramos con Gabilondo. Qué coñazo de tío… Y no sé muy bien a cuál de los dos me refiero, si a

Foto: Risto Mejide entrevistando a Iñaki Gabilondo en 'Viajando con Chester'
Risto Mejide entrevistando a Iñaki Gabilondo en 'Viajando con Chester'

Domingo. Viajando con Chester nos encontramos con Gabilondo. Coñazo… Y no sé muy bien a cuál de los dos me refiero, si a él o a Risto. Mejide es una especie de reverberación obtusadel Superyó de Freud, ese señor que tanto daño ha hecho al cine americano. Creecabalgar por encima del bien y del mal. Más bien lo finge. Es un malo de fábrica,un señor normal que cuando sale a la callese disfraza de gánster porque eso le dadinero. Hace tiempo que no me lo creo, que no“compro” su prosa, como a él le gusta decir, porque para Mejidela vida es una campaña y sus gafas un logotipo. En todo caso, la suya es una marca pasada de moda, que funcionó cuando la fiesta la pagaban tres paletos imberbes que querían triunfar en el mundo de la música, pero que se agota frente a cualquiera que no moje aún las sábanas. Gabilondo también agotó su marca hace ya mucho tiempo. Él piensa que sigue iluminando a las masas progresistas con sus homilías cronometradasen la Red, pero lo cierto es que lo suyo suena a retiro dorado para viejas glorias incapaces de aceptar la llegada del barquero de los oficios. La conversación entre ambos fue cuanto menos previsible. Cuando charlandos personas encantadas de haberse conocido, siempre ocurre lo mismo: acaban tirándose los tejos. Risto, amigo, estás nominado. Siguiendo tu rollo enOT:eres un cuarto de kilo de Jordi Évole.

Mónica Naranjo en 'A bailar'Martes. Comienza un nuevo reality en Antena 3:¡A bailar!Presenta la cosa Mónica Naranjo que, embutida hasta el tuétano, cada vez recuerda más a la ancha de Los Morancos. Lo peor no es que a Omaita le hayan dado unprograma propio. Al fin y al cabo,lotiene también Pablo Motos. Lo peor es que, desde que el escritor Ray Loriga dirigió la película Teresa, cuerpo de Cristo, a todo el mundo en este país le ha dado por hacercosas que no sabe hacer. La culpa la tienen los puñeteros libros de autoayuda, que son los únicos que se vendenen España. Ahora que todo el mundo va hojeando estas sandeces en el Metro, al fracaso lo llamamos "reto personal".A mí los eufemismos siempre me han caído bastante mal, peor inclusoque Mónica Naranjo. El programa que presenta la diva va precisamente de todo esto: en él baila gente que no sabe bailar; famosos en paro que se reciclan por la vía del dirty, muy dirty dancing. 'El Cordobés', Santiago Cañizares, Juan José Ballesta oPastora Vega. Y encimaacuden a la meca del ridículo acompañados desus respectivos. Aquí todo el mundo quiere pillar cacho, pero la teta de la loba no da ya para tanto cachorro. Yo no digo nada, ya lo dijo todoFrances McDormand vestiditadeMarge Gunderson por los hermanos Coen:“Hay cosas más importantes en la vida que el dinero, ¿sabes? ¿No lo sabías?”. Fargo y amén.

Miércoles. Veo en el cine Philomena, una película sobre niños malversados por brokers con hábito de monja; lo que Ana Rosa y Susanna han bautizado como"niños robados", vaya. La cintabusca la lágrima y, a ratos, lo cierto es que merece encontrarla. Lo malo de este film es que pone de manifiesto dos cosas que ya sabíamos desde hace tiempo. La primera, que Stephen Frears es un director solvente manipulando realidades con regusto melodramático, aunque aquí lo cierto es que se le ha ido un poco lo mano. Y la segunda, que Judi Dench es una actriz de otro planeta. Ellaes sin dudaThe Queen, pero Philomena desde luego no tanto. Una pena.

Jueves.Tengo la sensación de que el miércoles no ha servido para nada. De vuelta al martes:Mónica Naranjo [Mensaje parala Policía:es muy probable quealgúnEurofan intente asesinarme este fin de semana]sigue en Antena 3, esta vez como jurado de Tu cara me suena. Cada vez que habla, un poeta pide la jubilación. La tía es más intensa que un discurso de Vargas Llosa leído por Melody, la de Los Gorilas, quienpor cierto también trabaja en el mismo programa. Dios las cría...Cambio de cadena.Telecinco.David Bisbal intenta mantener un diálogo con Rosario Flores. Lo que faltaba.Hevisto cosas menos difíciles en el Circo del Sol. Redoble de tambores enLa Voz Kids. Ni por esas.Volvemos a lo de antes: ¿por qué se empeña la gente enhacercosas que no sabe hacer? Cuánto daño están haciendo los puñeteros libros de autoayuda en este país.Apago la televisión. Necesito leer algo. Sí, probablemente un libro de autoayuda. Intento contarhasta diez. Mierda, soy de letras.Recapacito. Sin contar. Voy hacia la luz.Y entonces leo a Carmen Rigalt...

Domingo. Viajando con Chester nos encontramos con Gabilondo. Coñazo… Y no sé muy bien a cuál de los dos me refiero, si a él o a Risto. Mejide es una especie de reverberación obtusadel Superyó de Freud, ese señor que tanto daño ha hecho al cine americano. Creecabalgar por encima del bien y del mal. Más bien lo finge. Es un malo de fábrica,un señor normal que cuando sale a la callese disfraza de gánster porque eso le dadinero. Hace tiempo que no me lo creo, que no“compro” su prosa, como a él le gusta decir, porque para Mejidela vida es una campaña y sus gafas un logotipo. En todo caso, la suya es una marca pasada de moda, que funcionó cuando la fiesta la pagaban tres paletos imberbes que querían triunfar en el mundo de la música, pero que se agota frente a cualquiera que no moje aún las sábanas. Gabilondo también agotó su marca hace ya mucho tiempo. Él piensa que sigue iluminando a las masas progresistas con sus homilías cronometradasen la Red, pero lo cierto es que lo suyo suena a retiro dorado para viejas glorias incapaces de aceptar la llegada del barquero de los oficios. La conversación entre ambos fue cuanto menos previsible. Cuando charlandos personas encantadas de haberse conocido, siempre ocurre lo mismo: acaban tirándose los tejos. Risto, amigo, estás nominado. Siguiendo tu rollo enOT:eres un cuarto de kilo de Jordi Évole.

Risto Mejide Iñaki Gabilondo