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Los seis peores minutos de Jorge Javier
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Los seis peores minutos de Jorge Javier

Fueron apenas seis minutos. Ni siquiera seis. Allí estaba él muy bien peinadito para la ocasión y disfrazado de chico formal. Tenía que lanzar un mensaje

Foto: Jorge Javier en una imagen de archivo (Gtres)
Jorge Javier en una imagen de archivo (Gtres)

Fueron apenas seis minutos. Ni siquiera seis. Allí estaba él muy bien peinadito para la ocasión y disfrazado de chico formal. Tenía que lanzar un mensaje a las masas ociosas de este país por orden de sus superiores. Y lo hizo con voz de documental de Auswitch, para dar empaque a la circular. La misma voz con la que narraría unencamamientode dos folclóricas; la misma con la que suelen contar enSálvamelas cosas verdaderamente importantes.

No conozco apenas a Jorge Javier Vázquez, pero de lejos me ha caído siempre bastante bien. Me parece un tipo listo y es innegable que estamos ante el digno sucesor de Ángel Cristo en el circo de las vanidades. A uno le podrá gustar más o menos lo que hace, pero lo cierto es que lo hace bien. Tiene el don. Descaminado, pero lo tiene. Y por encima de todo posee la capacidad de reírse de sí mismo y de los demás. Es consciente del producto que hace y habitualmente lo desnuda y lo maltrata con sorna. No es de esos ilusos, que los hay, vaya que si los hay, que aún están buscando entre las sábanas de la Pantoja el que será su primer premio Pulitzer.

Por eso aquellos fueron sus peores seis minutos, porque Jorge Javier aceptó leer un panfleto (no escrito por él, desde luego, porque cualquiera que haya leído sus artículos enLoco enLecturassabe que lo hace bastante mejor) que le negaba a sí mismo, a su forma habitual de ver lo mundanal; en el que se tomaba en serio cosas que sobreviven mejor en el terreno de la guasa. En definitiva, unspeechpara olvidar.

Analicemos el percal por partes.

“Después de cinco años y medio pasando la tarde juntos, cinco años y medio, vosotros desde casa y nosotros aquí; después de cinco años y medio de puro entreteniendo, de risas y grandes emociones, con la única vocación de haceros compañía, os vengo a contar que hoy han amenazado seriamente la continuidad de ‘Sálvame’ y que quieren destruir nuestra gran familia. Y como en este programa nunca os hemos escondido nada vengo expresamente a contároslo”…

De esta parte me gusta sobre todo la frase “[trabajamos] con la única vocación de haceros compañía”. Nunca por supuesto con la intención de ganar dinero. La coronación del párrafo también me parece fascinante: “En este programa nunca os hemos escondido nada”. Qué va, solo el pequeño detalle de que el 90% de lo que vemos es mentira. Y sí, mi madre se lo cree.

…“Hace años que algunas asociaciones de espectadores miran con lupa a la gran familia de Sálvame y mueven cielo y tierra para separarnos, acusándonos de cosas realmente feas, sórdidas incluso, que no son ciertas”.

Nótese aquí el cuajo sociológico del discurso del predicador, que apela permanentemente al concepto de familia (tres veces ya) en pos de activar el sentido de pertenencia al grupo en sus interlocutores.

… “No sabemos, repito, no sabemos a quiénes representan estas asociaciones de espectadores, pero de lo que estamos seguros es de que a vosotros no. Lo único que sabemos es que son organizaciones ultraconservadoras que esconden intereses muy distintos a los que dicen defender y que hoy han aumentado su presión contra nosotros”…

Aquí te voy a dar la razón. Habría que comprobar a qué se dedican y cuál es la formación de los señores que utilizan las asociaciones de espectadores de este país con el mismo ánimo no lucrativo que el que movía al Nòos de Urdangarin. Me llama la atención, eso sí, que Jorge los califique de “ultraconservadores”, dando por sentado que él se encuentra en el vértice opuesto, y que por consiguiente destripar a la gente y dar voces es inequívocamente de izquierdas. ¿Tendrá que ver todo esto con aquella llamada telefónica de Pedro Sánchez?

… “Nosotros escuchamos siempre y siempre procuramos mejorar como profesionales, como personas y como familia que somos. Nosotros llevamos mucho tiempo juntos y como en toda familia surgen conflictos, discusiones, momentos de tensión, que se llevan de la mejor manera posible y que siempre, y remarco lo de siempre, se solucionan. La prueba es que aquí seguimos todos unidos para intentar que cada tarde os olvidéis de vuestros problemas y disfrutéis viéndonos. Ojalá todos los problemas de la vida se solucionaran como se solucionan los de esta familia, vuestra otra familia”…

Creo que voy a llorar. Cuánta palabra bella, cuánto amor. Por un momento creí que se había cruzado vuestra señal con la de 13tv.

… “Entendemos que hay sensibilidades para todos los gustos y respetamos a las personas a las que nos gustamos. Seguramente también habrá personas a las que les moleste ver, a la misma hora en la que se emite Sálvame, series de asesinatos o culebrones con infidelidades, con maltratos, con robos, con violaciones”...

Creo que esta es mi parte preferida, Jorge. Aquí te luciste especialmente. Las conspiraciones son odiosas. Y las comparaciones parece que también. Series con maltratos, asesinatos, robos, violaciones… Me encanta este paralelismo, este símil poético, esta concepción tan tuya de la ficción, que te la tomes tan en serio. Yo también estoy en contra de los asesinatos en las películas. Qué vergüenza, qué desfachatez… De hecho, acabo de meterle una querella que te cagas a Jesse James por el asesinato del cobarde Robert Ford.

… “O programas políticos que tal y como está el panorama pueden hacer surgir el desaliento de los más jóvenes y discusiones en la familia”…

Y qué decir de las misas de doce, chatito va, chatito viene, que promueven inequívocamente el consumo del alcohol.

…“Si un día nos vamos, que sea porque ya no nos veis, no porque se decida en un despacho desde fuera de la televisión. Nosotros no entramos en conflictos más allá de los nuestros, discutimos de los que nos afecta a nosotros, a nuestra familia”…

Las demandas acumuladas no dicen lo mismo.

… “Y siempre lo hacemos con vocación de entretener, pero también de enseñar a resolver conflictos cotidianos que todos encontramos en la vida”...

Creo que esto supera a lo anterior. Joder, Jorge, hay que tenerlos cuadrados. Vender a Belén Esteban y cía. como coaches para la ama de casa descarriada no tiene precio. Acabas de adelantar por la izquierda a Hermano Mayor.

Te dejo terminar del tirón:

… “Y si hay un programa en las tardes que une un mayor número de sensibilidades distintas, ese es Sálvame. Empezando por mí, seguimos por Belén Esteban, que es muy distinta a mí. Por Mila, por Rosa, por los Kikos… Pero todos convivimos, como en la vida. No es nuestra intención dar lecciones a nadie, porque vosotros tenéis criterio y no necesitáis que os digan lo que está bien y lo que está mal, lo que podéis ver y lo que no. No es agradable recibir amenazas como la de hoy, pero sí me gustaría dar las gracias a los que quieren echarnos de la tele, porque nos han dado la oportunidad de ser conscientes de lo unida que está esta gran familia ante la adversidad. Y no hablo solo del equipo que hace este programa, sino especialmente de vosotros, los que cada tarde nos elegís para entreteneros. Hoy somos conscientes de que nuestra gran fuerza sois vosotros. Muchas gracias y una cosas más: que tengáis muy claro, muy claro, que vamos seguir luchando con todas nuestras fuerza para estar cada tarde aquí con todos vosotros”.

Arengas, Jorge, a tu querido público. Le invitas a movilizarse en base a la identificación con vosotros, con vuestra familia, que es también la nuestra. Quieres que esa gente se indigne y salga a la calle a defenderos, pero algunas señoras de 70 años tendrían dificultades para coger el fusil, ¿no crees? Además, el ejército al que te diriges es un ejército de sordos. No existe. Esas señoras que te ven no tienen Twitter, ni van a dar la vuelta a sus cacerolas para armar bulla. No entiendo, por tanto, el sentido de tu discurso, si es que lo tiene.

Ha servido, eso sí, para que se manifiesten los vuestros. Ana Rosa Quintana apelaba en su programa esta semana a la “libertad de expresión”. Me alegra escuchar algo así viniendo de ella, porque me consta que su productora ha llamado a algún periódico pidiendo que se ‘levantara’ cierto artículo de opinión apelando también, supongo, a esa libertad de expresión que tanto predica. Argumento bastante peregrino, el suyo. También el de Mercedes Milá: “200 familias viven de Sálvame”. Sí, y muchas más viven de la droga.

Cuánta palabrería. Con lo fácil que hubiera sido decir: “Esos señores aseguran que nuestro discurso es perjudicial para los menores, pero lo que no dicen es que tras cada niño viendo Sálvame hay irremediablemente un psicópata que se lo ha puesto”.

Y ese es el verdadero problema de este país, el número de psicópatas que lo habitan.

Fueron apenas seis minutos. Ni siquiera seis. Allí estaba él muy bien peinadito para la ocasión y disfrazado de chico formal. Tenía que lanzar un mensaje a las masas ociosas de este país por orden de sus superiores. Y lo hizo con voz de documental de Auswitch, para dar empaque a la circular. La misma voz con la que narraría unencamamientode dos folclóricas; la misma con la que suelen contar enSálvamelas cosas verdaderamente importantes.

Jorge Javier Vázquez Telecinco Ana Rosa Quintana