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Jerusalén, el pedazo de tierra más sagrado del planeta
Jerusalén, Monte de Sión, auténtico Monte del Olimpo, azotada y derruida por tantos, querida por todos y levantada de nuevo una y otra vez. Arrasada por
Jerusalén, Monte de Sión, auténtico Monte del Olimpo, azotada y derruida por tantos, querida por todos y levantada de nuevo una y otra vez. Arrasada por babilonios y romanos, bizantina, tesoro de Cruzados, fortificada por Solimán, otomana un tiempo, colonia británica y disputada desde siempre. Barbas y tirabuzones, hábitos y levitas, kufiyas y kipas, popes y frailes, iglesias, mezquitas y sinagogas que rivalizan en belleza y santidad; secos arroyos bíblicos y murallas levantadas tras las cruzadas guardan el trozo de tierra más sagrado del planeta, casi un pedazo de cielo aquí abajo. Gente rezando Tora, Biblia y Corán, unos se cimbrean como un junco, otros postrados y el resto de rodillas. Ciudad mística, espiritual y sagrada.
Jerusalén, Monte de Sión, auténtico Monte del Olimpo, azotada y derruida por tantos, querida por todos y levantada de nuevo una y otra vez. Arrasada por babilonios y romanos, bizantina, tesoro de Cruzados, fortificada por Solimán, otomana un tiempo, colonia británica y disputada desde siempre. Barbas y tirabuzones, hábitos y levitas, kufiyas y kipas, popes y frailes, iglesias, mezquitas y sinagogas que rivalizan en belleza y santidad; secos arroyos bíblicos y murallas levantadas tras las cruzadas guardan el trozo de tierra más sagrado del planeta, casi un pedazo de cielo aquí abajo. Gente rezando Tora, Biblia y Corán, unos se cimbrean como un junco, otros postrados y el resto de rodillas. Ciudad mística, espiritual y sagrada.