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Cuatro destinos en América para ver y probar en 2013
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Daniel Camiroaga

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Daniel Camiroaga

Cuatro destinos en América para ver y probar en 2013

New Orleans, swing improvisado Nola, la ciudad de calles animadas por el vibrante color del jazz; más caribeña que americana, más desenfadada y animada que

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Cuatro destinos en América para ver y probar en 2013

New Orleans, swing improvisado

Nola, la ciudad de calles animadas por el vibrante color del jazz; más caribeña que americana, más desenfadada y animada que cualquier otra en la costa este. Cocina contundente y de potentes sabores, fusiona raíces europeas, americanas y africanas. Jazz, ritmo y swing improvisado de pequeñas bandas en plena calle. Cafés y pequeños restaurantes en los que no falta un trío que suena al fondo, melancólico a veces y animado casi siempre.

New Orleans está de moda, será el escenario del mayor acontecimiento televisivo en el mundo: La Super Bowl, que se jugará en el Super Dome de Mercedes-Benz el Mardi Grass, martes de carnaval, el mayor acontecimiento festivo de la ciudad, junto con el festival de jazz en abril y mayo.

El barrio francés rebosa encanto, coge el ferry y cruza a Algiers, que además de ser gratis permite recorrer zonas más auténticas y menos turísticas. El mejor jazz en garitos del barrio de Marigny.

Prueba el PoBoy, grandes sándwiches rellenos de casi cualquier cosa. Buen café y repostería en Café DU Monde. Mr Bs Bistro, cocina Criolla. Emeril’s, comedor muy acogedor con bodega vista y buena cocina. Port of Call, estupendas y grandes hamburguesas. Desire, en Bourbon Street, muy buenas ostras con parmesano y salsa criolla.

Panamá, donde se unen pasado y futuro

La gran obra de ingeniería que revolucionó el mundo comunicando dos océanos, haciendo realidad el sueño de Núñez de Balboa. Desde las esclusas de Miraflores observar cómo operan y transvasan decenas de barcos de un mar a otro. La Calzada de Amador conecta cuatro pequeñas islas: Naos, Perico, Culebra y Flamenco, desde las cuales hay unas maravillosas vistas de la entrada del Canal, el Puente de las Américas, la ciudad y la bahía.

Esta primavera se inaugurará el fabuloso Museo de la Biodiversidad que además de lo interesante del contenido, el continente, de formas onduladas y colores llamativos. Lo firma el inigualable Frank Gehry. La torre del Trump Ocean Club, abierta este año pasado, se ha convertido en el edificio más alto de la región.

Un cuidado Casco Viejo, de estrechas calles, mansiones centenarias y singulares edificios coloniales, se ha renovado por completo, convirtiéndose en barrio de artistas y galerías de arte, cafés, hoteles con encanto y estupendos restaurantes.

Increíbles piezas de atún marlín y pez espada en el Mercado del Marisco. Muy buen ceviche, el plato nacional, en Manolo Caracol, del paisano de Barbate, Manuel Saldueño. Una cena en Las Bóvedas, una antigua prisión, en la plaza de Francia.

Para dormir, el hotel Las Clementinas.

Lima gastronómica

Lima, ¡deliciosa Lima! Por fin se hace justicia reconociéndola como el mejor destino gastronómico del mundo. Un premio merecido hace tiempo por la gran labor de muchos de sus chefs poniendo la cocina peruana en el mundo. La confluencia de las corrientes frías y templadas del océano hacen un gran pescado y su geografía, una de las mejores verduras del mundo.

El restaurante La Mar ha sido durante tiempo considerado la mejor cevichería de la ciudad. La Rosa Náutica, palafitos sobre el océano; muy buena cocina y estupendo ambiente. Sonia, ambiente pesquero, donde 30 años después siguen haciendo buen pescado y recetas sencillas pero sólidas. Rafael Osterling ha convertido su mercado en uno de los templos culinarios del país y de toda Hispanoamérica. Javier Wong, un maestro con el pescado. Gran ceviche.

Larcomar, un complejo comercial de terrazas, sobre los acantilados, justo encima del mar, para tomar una copa y disfrutar de la mejor puesta de sol. Desde el malecón de la marina hasta el de la Reserva, seis millas de jardines que bordean y adornan el paseo.

Imprescindible recorrer el centro histórico de la ciudad, visitar las interesantes catacumbas de la iglesia de San Francisco y la Casa de Aliaga, la más antigua de América, que data de 1535.

Vancouver de blanco

Las cumbres permanecen cubiertas de nieve casi seis meses al año, desde que empiezan a caer los primeros copos al inicio del invierno hasta el mes de mayo en muchas ocasiones. ¡Un paraíso para los amantes del esquí! A tan solo 125 Km de la ciudad se puede disfrutar de la que está considerada la mejor estación de esquí de América: Whistler-Blackcomb. Más cerca aún, a tiro de piedra, hay otras tres estaciones de esquí: Cypress Mountain, a menos de 20 Km, hacia el norte; Grouse Mountain, a la que se puede acceder en pocos minutos en cable,;y Mount Seymour, la que suele recibir más nieve.

La naturaleza regaló a Vancouver sus mejores montañas, zonas verdes y mar, haciéndola una ciudad privilegiada que mira al océano y hace deporte en la bahía: vela y kayak.

Aquí encontramos el segundo China Town más grande de América, muy buenos restaurantes chinos en los que degustar un estupendo marisco. En Blue Water Café, el mejor pescado y marisco de la ciudad, solo pescados salvajes. Inmejorables cortes de carne en The Keg.

Una de las atracciones de la ciudad, atravesar el puente colgante Capilano, suspendido a 70 metros del río, puede ser un reto no apto para los que padecen vértigo.

New Orleans, swing improvisado

Nola, la ciudad de calles animadas por el vibrante color del jazz; más caribeña que americana, más desenfadada y animada que cualquier otra en la costa este. Cocina contundente y de potentes sabores, fusiona raíces europeas, americanas y africanas. Jazz, ritmo y swing improvisado de pequeñas bandas en plena calle. Cafés y pequeños restaurantes en los que no falta un trío que suena al fondo, melancólico a veces y animado casi siempre.