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Lima, capital gastronómica de América
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Daniel Camiroaga

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Daniel Camiroaga

Lima, capital gastronómica de América

El cauce del río Rimac sirvió a algunos de los mejores hombres que ha dado Extremadura para levantar una ciudad pintada de contrastes. En Miraflores, nuevos

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Lima, capital gastronómica de América

El cauce del río Rimac sirvió a algunos de los mejores hombres que ha dado Extremadura para levantar una ciudad pintada de contrastes. En Miraflores, nuevos y modernos barrios de edificios al borde del mar desde donde se divisa a los surfistas cogiendo olas a primera hora de la mañana. Bohemio, de casas bajas, de colores, terrazas, bares y restaurantes, en Barranco. El centro, cargado de historia, de conquista y de encuentro entre dos pueblos. Junto a las colinas, barrios teñidos de pobreza. Lima es una ciudad iluminada cada atardecer  por el sol que corre a sumergirse en el océano. Una ciudad, un país, hecho de rasgos y trazos americanos, europeos y asiáticos.

En el centro histórico de la ciudad, la gran Plaza de Armas, tirada a regla y cordel por el mismísimo Pizarro, quien levantó el que ahora es el Palacio de Gobierno. A su lado, el Palacio Arzobispal y la Catedral de Lima; enfrente, edificios coloniales vestidos de amarillo muestran a la calle sus esplendidos miradores y magníficos artesonados de madera. Cuentan que la Casa de Aliaga, el fiel capitán del conquistador, es la más antigua de América, de 1535. Interesante la iglesia de San Francisco y macabro el osario que guardan sus catacumbas. Un paseo por Jirón de la Unión, entre casas art decó y otras de estilo neoclásico. La estructura de madera del Puente de los Suspiros atraviesa la Bajada de Baños, un camino de piedra que desciende hacia el Pacífico por el distrito bohemio de Barranco. Al Bulevar se acude a escuchar todo tipo de conciertos callejeros

La tiendecita blanca, en Miraflores, un lugar de siempre para desayunar y tomar buen café. Un pisco, la bebida nacional, en la pulida barra de madera del histórico y algo decadente bar del Gran Hotel Bolívar. La vieja estación central, reconvertida en moderno centro literario, exponente de las letras peruanas. Pasea viendo arte en las galerías de las casonas del paseo Sáenz Peña.

A lo largo del océano se despliegan los casi 9 kilómetros ajardinados del malecón: Marina, Cisneros y Reserva. A Larcomar, escondida entre los acantilados, se entra por el bloque 6. Cena en uno de sus restaurantes y déjate hipnotizar por la imponente esfera anaranjada  que se pone tras el horizonte. Junto al mercado número 1, en la calle Narciso de la Colina, el bulevar gastronómico se ha convertido en una especie de museo donde se acude a ver y probar los alimentos y las comidas más populares.

La sana competencia entre los considerados tres mejores restaurantes de la ciudad ha elevado la gastronomía peruana hasta posicionarla como la primera de América y una de las mejores del mundo. Restaurante Central, de Virgilio Martínez, que tras un peregrinaje por medio mundo potencia el sabor de los productos locales como nadie, elevando su restaurante a la primera posición de Lima. El Restaurante Rafael, de Osterling, cocina casera pero sofisticada, ha sido durante años el mejor restaurante del país. El tercero en discordia, Astrid & Gastón, el restaurante del matrimonio Acurio-Gutsche. Matsuei, del maestro Matsushita, es uno de los mejores sushi bar del mundo, imprescindible para los amantes de la comida japonesa. El Mercado, también de Osterlinig, pescados y ceviches espectaculares. Mesa 18, del chef japonés Konishi, sublimes el ceviche de ostiones y el mero marinado.

Para dormir, el Royal Park Hotel en el distrito de San Isidro. 

El cauce del río Rimac sirvió a algunos de los mejores hombres que ha dado Extremadura para levantar una ciudad pintada de contrastes. En Miraflores, nuevos y modernos barrios de edificios al borde del mar desde donde se divisa a los surfistas cogiendo olas a primera hora de la mañana. Bohemio, de casas bajas, de colores, terrazas, bares y restaurantes, en Barranco. El centro, cargado de historia, de conquista y de encuentro entre dos pueblos. Junto a las colinas, barrios teñidos de pobreza. Lima es una ciudad iluminada cada atardecer  por el sol que corre a sumergirse en el océano. Una ciudad, un país, hecho de rasgos y trazos americanos, europeos y asiáticos.