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De San Francisco a San Diego por la mítica Route 1
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Daniel Camiroaga

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Daniel Camiroaga

De San Francisco a San Diego por la mítica Route 1

Paisajes que se suceden a un ritmo frenético a lo largo de la costa del Pacifico. Afilados acantilados de vértigo que rompen el mar, cerca de

Foto: De San Francisco a San Diego por la mítica Route 1
De San Francisco a San Diego por la mítica Route 1

Paisajes que se suceden a un ritmo frenético a lo largo de la costa del Pacifico. Afilados acantilados de vértigo que rompen el mar, cerca de San Francisco. Playas de arena, olas y muelles (piers) de madera, más hacia el sur. Parques naturales, característicos cipreses diseñados y esculpidos por un viento constante que peina su copa en un amasijo de ramas que parecen arrastrarlo hacia el acantilado. Incomparables puestas de sol en el océano; surferos sobre las olas; leones marinos descansando aburridos bajo un sol que aparece entre brumas. La huella más antigua del país a lo largo del Camino Real, 21 pequeñas iglesias fundadas por el mallorquín fray Junípero Serra en el XVIII.

Construida con fines defensivos en 1937, la Route 1 o Ruta 1 es hoy uno de los recorridos más fascinantes para conducir en descapotable o con las ventanas bajadas para que el viento y la sal nos salpiquen la mirada. Un viaje para hacer con calma, parando cada poco a disfrutar del paisaje.

En San Francisco enfila el Golden Gate hacia la tranquila Capitola Beach. Casas de estilo mediterráneo pintadas de color, junto al mar. Docenas de restaurantes para comer o cenar.

Monterrey, antigua capital del estado bajo dominio hispano. Perezosos leones marinos descansan apilados en los muelles de la ciudad. La casa de aduanas, último vestigio español. Si preguntas a los locales, todos recomiendan el buen pesado de Monterrey Fish House. Para dormir, el Monterrey Plaza Hotel. No es que esté cerca del mar, es que clava sus pilares de madera sobre las mismas olas. Disfruta de un margarita en su terraza, mientras gaviotas sobrevuelan tu cabeza y algún pelícano reposa en la barandilla.

No dudes, paga el peaje del fabuloso 17 Miles Drive, una pequeña carretera al borde del mar que rodea el campo de golf de Pebble Beach, probablemente el más espectacular del mundo. De aquí a Point Pinos, un paraje de naturaleza impresionante.

Carmel, un precioso pueblo de casas de Hansel y Gretel. Pasea por su playa, visita la misión donde está enterrado Fray Junípero. Buenos restaurantes y vinos en Il Forniao, L’escargot, Portabella o Le St Tropez. Duerme en Vagabond Inn. Aquí, la carretera cambia de nombre por Cabrillo Highway. Llega a Garrapata Beach, y baja hasta su increíble playa salvaje y date un buen baño.

Bixby Bridge, el puente con el arco suspendido más alto del mundo. Big Sur, ¡sobrecogedor! De una belleza y vistas impresionantes. Nepenthe Restaurant, construido por Orson Welles para la española Rita Hayworth. Solo hamburguesas y sándwiches, pero unas vistas increíbles. Duerme en Post Ranch Inn, prueba su piscina infinita sobre el acantilado, para casi tocar el mar. Su restaurante, un ventanal espectacular sobre el océano. Las mejores puestas de sol, mientras cenas. Las habitaciones escamoteadas al paisaje...

Pfeiffer Beach, difícil de encontrar, tras un camino sin asfaltar, pero merece la pena darse un buen baño, solo. En San Simeon, el sueño del excéntrico y millonario, empresario de medios de comunicación, Hearst, que levantó un palacio extemporáneo frente al mar.

En Morro Bay, la imponente roca de un extinto volcán. Come en Tognazzini's Dockside. En Stax Wine Bar, buenos vinos por copas y ricas tostas de sardinas o atún.

La carretera gira hacia el interior, San Luis Obispo. Buen mercado de productos frescos de la zona y la misión de Tolosa. Duerme en el Madonna Inn, diseño kitsch y habitaciones con decoración única.

Pismo Beach, más de 10 kilómetros de playas y dunas de fascinantes puestas de sol. Come en Cracked Crab Restaurant. Lompoc, de primavera a verano, sus campos se convierten en un magnifico vivero de flores. Recorre 19 miles Flowers Drive y alucina con los colores. Visita la Misión Purísima Concepción.

Santa Barbara, renacida tras las ruinas del gran terremoto. Divertido ambiente en la universidad en la que todos hubiéramos querido estudiar. Visita Presidio y la Misión y prueba los buenos vinos del valle de Santa Ynez. Come en un ambiente desenfadado en Taquería la Super Rica. Duerme en el espectacular The Biltmore, frente al mar. Malibú es una de las zonas más lujosas de California, residencia de artistas y celebrities. Magníficos desayunos en The Omelets Parlour.

Atraviesa Los Angeles y Santa Mónica y llega a Huntington Beach. Cuna y meca del surf. En Main Street, las mejores tiendas surferas. Newport Beach, en su pier se comen las mejores hamburguesas de California, en Ruby´s. Duerme en Balboa Hotel.

El viaje acaba en San Diego, maravillosa fusión americana e hispana.

Paisajes que se suceden a un ritmo frenético a lo largo de la costa del Pacifico. Afilados acantilados de vértigo que rompen el mar, cerca de San Francisco. Playas de arena, olas y muelles (piers) de madera, más hacia el sur. Parques naturales, característicos cipreses diseñados y esculpidos por un viento constante que peina su copa en un amasijo de ramas que parecen arrastrarlo hacia el acantilado. Incomparables puestas de sol en el océano; surferos sobre las olas; leones marinos descansando aburridos bajo un sol que aparece entre brumas. La huella más antigua del país a lo largo del Camino Real, 21 pequeñas iglesias fundadas por el mallorquín fray Junípero Serra en el XVIII.