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Sao Paulo, una jungla de cristal con marcado estilo propio
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Daniel Camiroaga

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Daniel Camiroaga

Sao Paulo, una jungla de cristal con marcado estilo propio

Una pequeña ciudad cafetera que a principios del siglo XX apenas contaba con doscientos mil habitantes y que ha crecido de forma desmedida.

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Una pequeña ciudad cafetera que a principios del siglo XX apenas contaba doscientos mil habitantes y que ha crecido de forma desmedida. Una ciudad hecha a si misma, que ha sabido convertirse en una de las grandes megalópolis del planeta. Una urbe cosmopolita y vibrante como pocas,una auténtica jungla de cemento y cristalpero con estilo propio, influida por japoneses e italianos, libaneses y ahora chinos y coreanos,que sonríe al futuro y donde corre el dinero.

Desayuna en uno de los cientos de “padarias” de la ciudad:zumos recién hechos, buenos sándwiches y un rico café.

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El Mercado Municipal, un edificio de la Belle Epoquecuyo interior es una muestra del mestizaje racial de la ciudad, una riada desbordada de colores, aromas y ruido; frutas que no has visto antes y bares animados donde tomar algo. Visita la Catedral da Sé. Patea las calles del centro, cerradas al ingente tráfico de la ciudad, Rua do Comercio, Rua Sao Bento y Rua da Quitanda. La Avenida Paulista, la verdadera brecha que divide Sao Paulo en dos. El Masp, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, alberga un museo que contrasta la modernidad de su fachada con un interior de grandes obras de arte. El Callejón de Batman (Rua Gonçalo Afonso), en el corazón de la bohemia Vila Madalena, es más que una calle, una galería de arte graffiti. El mercado de Liberdade, el barrio japonés, la pequeña Tokyo, exhibe lo mejor de la cocina y la cultura japonesa. Muy interesante el colorido y modernista Instituto Tomie Ohtake.

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Qué comprar: Bikinis brasileños en Agua de Coco y un par de Havaianas, aunque las puedas adquirir en cualquier lugar, nada como hacerlo en su tienda emblemática en Rua Oscar Freire. En Bexigahay un mercado de antigüedades muy interesante cada domingo.

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Dicen que a esta ciudad tienes que venir con hambre, por la cantidad de buenos restaurantes de todos los tipos y colores. Dónde cenar:Kinoshita, el mejor 'japo' de la ciudad. Mocotó, alejado del centro, pero uno de los restaurantes más renombrados y premiados de la ciudad, cocina típica brasileña. Prueba sus bolinhos, una especie de deliciosas croquetas abiertas rellenas de casi todo. Manimanioca, cocina moderna brasileña realizada por el chef español Daniel Redondo y Helena Rizzo. Fabuloso tanto el ambiente del restaurante como la comida. El chef Atala, en D.O.M., hace comida brasileña con un guiño a sorprendentes ingredientes procedentes de tribus del amazonia. Brasil a Gosto, un restaurante de ambiente colorido y tranquilo, un oasis en medio de la ciudad.La chef Ana Trajanoutiliza ingredientes locales, que cambia cada tres meses. No dejes de beber sus increíbles caipirinhas.

Dónde dormir: Hotel Fasano, muy estiloso, su indudable encanto radica en su gran servicio, un cuidado estilo interior, el mejor restaurante italiano y un pequeño pero animado bar de jazz en directo.


Una pequeña ciudad cafetera que a principios del siglo XX apenas contaba doscientos mil habitantes y que ha crecido de forma desmedida. Una ciudad hecha a si misma, que ha sabido convertirse en una de las grandes megalópolis del planeta. Una urbe cosmopolita y vibrante como pocas,una auténtica jungla de cemento y cristalpero con estilo propio, influida por japoneses e italianos, libaneses y ahora chinos y coreanos,que sonríe al futuro y donde corre el dinero.

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