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¿Es posible realmente eliminar todo rastro de tu paso por las redes sociales?
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Juanjo Madrigal

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Juanjo Madrigal

¿Es posible realmente eliminar todo rastro de tu paso por las redes sociales?

Imágenes comprometedoras, hackeos masivos a webs de citas… Acogerse al derecho al olvido en la Red es posible. Existe la manera de borrar el rastro digital. Aquí, las nociones

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Las noches de juerga o las imágenes subidas de tono de Kyra Kennedy en la red social Instagram no solo han sido pasto de ‘likes’ para sus casi 11.300 seguidores. También han supuesto un quebradero de cabeza para su padre, sobrino del desaparecido John F. Kennedy. Hace unas semanas, las tropelías de esta joven estudiante de moda y diseño (y ‘socialite’ por encima de todas las cosas) coparon más de un titular en la prensa sensacionalista de Estados Unidos. Sus noches de farra con su selecto grupo de amigos quedaron al descubierto para mayor disgusto de su progenitor, quien le exigió eliminar de su perfil aquellas fotografías que mancharan el buen nombre de su estirpe. Aunque ya era demasiado tarde.

La Red nos ha demostrado que somos víctimas de nuestros propios éxitos y fracasos. Como el de Kyra. Rastrear el nombre de esta joven en Google ha hecho que, por muy brillante que sea su trayectoria académica (amén de su beca en Dior), son sus alocadas fiestas las que la sitúan en la primera línea de fuego del (santo) buscador. Inclusive cuando se postule para un puesto de trabajo y su futuro empleador busque su nombre en Internet para saber qué hizo en el pasado.

Fruto del marketing o no, infinidad de ‘celebrities’ también han sido objeto de crítica por fotografías muy similares a la de Kyra. Aunque hayan compartido sus imágenes subidas de tono o en una noche de fiesta de manera consciente. Ahora es imposible esconder la ‘mala prensa’ (en forma de recorte) en una caja de hojalata. Los escándalos corren más deprisa que el rumor de una infidelidad en un patio de vecinos. Todo está sometido a la dictadura del clic.

El caso del ‘hackeo’ de Ashley Madison, la web de citas extraconyugales líder en Internet, ha puesto en alerta no solo a importantes miembros del Gobierno de Estados Unidos -muchos de ellos usuarios del citado portal-, también a personajes conocidos del mundo del fútbol. Estos escarceos (o infidelidades) han tocado techo y ahora son muchas las empresas que reciben cientos de solicitudes que, además de evitar tormentosas rupturas, se encargan de limpiar todo rastro indecente de estos y otros asiduos a sendas páginas de citas. Borrar nuestra huella digital es posible siempre y cuando estemos dispuestos a pagar por ello o, en su defecto, dispongamos de las herramientas y el tiempo suficientes para averiguar en cuántas webs estamos registrados.

Por otra parte, existen numerosas empresas dedicadas a tal fin. En nuestro país la más célebre es Borrardeinternet.com. Aunque parece que la clave (y la tendencia) está en vigilar de cerca qué es lo que triunfa entre los adolescentes. A pesar de que Robert F. Kennedy Jr., padre de Kira, creyó estar al quite de las andanzas de su vástaga en las redes sociales, estaba realmente ‘out’ de lo que de verdad se lleva ahora. Se le olvidó tener en cuenta las numerosas ‘apps’ que triunfan entre los menores de 18 años y que directamente borran todo contenido ‘inapropiado’.

Sin duda, la generación ‘millennial’ ha encontrado diferentes modos de comunicarse con sus coetáneos. Del lenguaje emoji al imperativo del selfie (antaño autorretrato frente al espejo del baño) hay un trecho. Los adolescentes navegan por unas ‘apps’ capaces de eliminar todo rastro al instante porque son conscientes de lo que implica dejar huella. Saben que sus padres pueden vigilar a escondidas todas sus andanzas. Por ello, aplicaciones Snapchat –capaz de borrar el mensaje una vez que el destinatario lo haya recibido- o Whisper –donde pueden confesar sus secretos de manera anónima- han alcanzado cierta notoriedad en los últimos meses.

Ante la imposibilidad de poder controlar en qué manera nos afecta la huella digital, solo caben dos opciones: convivir con nuestro pasado (más o menos honorable) u optar por el derecho al olvido (también en Internet) y que este devenga en el derecho a ser perdonado. Como Kennedy Jr. ha hecho con su hija Kyra, aunque a esta le haya costado un bronca.

Las noches de juerga o las imágenes subidas de tono de Kyra Kennedy en la red social Instagram no solo han sido pasto de ‘likes’ para sus casi 11.300 seguidores. También han supuesto un quebradero de cabeza para su padre, sobrino del desaparecido John F. Kennedy. Hace unas semanas, las tropelías de esta joven estudiante de moda y diseño (y ‘socialite’ por encima de todas las cosas) coparon más de un titular en la prensa sensacionalista de Estados Unidos. Sus noches de farra con su selecto grupo de amigos quedaron al descubierto para mayor disgusto de su progenitor, quien le exigió eliminar de su perfil aquellas fotografías que mancharan el buen nombre de su estirpe. Aunque ya era demasiado tarde.

Instagram Ashley Madison
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