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Ángel Viñas i Aliau

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Crónica Día 3

Sábado 18 de Agosto de 2012Ayer decidimos dormir en casa de mi hermana en San Sebastián, porque con nuestro conocimiento de los hábitos viajeros del ciudadano

Foto: Crónica Día 3
Crónica Día 3

Sábado 18 de Agosto de 2012

Ayer decidimos dormir en casa de mi hermana en San Sebastián, porque con nuestro conocimiento de los hábitos viajeros del ciudadano medio centroeuropeo en verano, conjeturamos que ese sábado iban a circular pocos vehículos. Más nos hubiera valido conjeturar, con el mismo fundamento, sobre los hábitos alimenticios de la avutarda macho en época de apareamiento. Cien kilómetros antes de Bordeaux ya estábamos literalmente parados y así hemos seguido hasta Tours a 450 kilómetros de distancia.

Las autopistas estaban paradas en ambos sentidos. Con las motos hemos ido por el arcén, como máximo a 60 km/h. Un desperdicio de horas. Hoy hubiéramos podido recuperar algo de esas doce horas o mil kilómetros que llevamos de retraso, pero no ha sido posible. En Tours, Ángel ha propuesto, esta vez muy acertadamente, salir de la ruta de París dando un rodeo. Hemos ido hacia el oeste, por Le Mans, Rouen y Amiens. Algunos kilómetros de más, pero a buen ritmo. 

Ahora estamos en la frontera con Bélgica. Hoy hemos hecho unos 1.100 kilómetros bajo un calor insólito para Francia. En Poitiers hacía 43º grados y durante más de seis horas hemos estado siempre por encima de los 40º. Ya hemos totalizado 3.700 kilómetros en estos dos días y medio de viaje. 

Francia es un país realmente espectacular. Su geografía de ofrece imponentes montañas, fértiles llanuras, espectaculares costas y playas tanto atlánticas como mediterráneas y, para mi gusto, una bendición del cielo, que son sus hercúleos ríos. Qué malsana envidia siento cada vez que cruzo algunas de esas infinitas fuentes de riqueza.

Tuve una prolongada relación profesional con franceses y no guardo un buen recuerdo de aquello. De mi relación con las francesas tengo mejor recuerdo, pero fueron tan ocasionales que no pueden cambiar el signo de mi apreciación personal: no siento gran afecto por nuestros vecinos del norte. No obstante, si siento por ellos un gran respeto y admiración. Es posible que la Providencia les obsequiará con la mejor parcela de esta urbanización llamada Tierra, pero los franceses han hecho mucho por gestionar, conservar y hasta mejorar ese regalo. Han sido capaces de conservar una enorme masa forestal y al mismo tiempo han conseguido un desarrollo agrícola que les sitúa en eficacia por hectárea y producción, entre los primeros países del mundo. Sus pueblos y aldeas son un ejemplo de desarrollo ordenado. Sus campos parecen sacados de un cuento de niños. Es una maravilla viajar por este país. Su cuidado por al estética urbana es primoroso. Todo está limpio y en su sitio. 

Además, el fervor con el cuidan el legado cultural y sobre todo arquitectónico de sus antepasados es envidiable. La conservación de sus castillos, abadías y monasterios son un ejemplo de buen hacer. De su gastronomía, envidiable industria, su Force de Frap, las corbatas de Hermès, las maletas de Louis Vuitton o el Sauternes, hablaremos otro día.

Las motos siguen funcionando a la perfección y son comodísimas. En 60 horas hemos hecho más de 3.700 kilómetros y lo único que nos ha agobiado ha sido el terrible calor. Esa distancia es suficiente para ir de Barcelona a Moscú…

Hemos conseguido acabar de resolver el problema que ayer tuvimos con nuestros bluetooth y ahora sí podemos hablar entre nosotros mientras conducimos. Una buena bronca padre-hijo, de vez en cuando, ayuda a mantener la tensión y evitar que te duermas sobre la moto.

Vamos normalizando el ritmo del viaje, que empezó muy estresado, pero me preocupa que en esta parte del itinerario, que es la fácil, no hayamos sido capaces de recuperar nada.

Mañana debemos tratar de entrar en Suecia. Son algo más de 1.300 kilómetros, cruzando Bélgica,  Alemania y Dinamarca. Entraremos por el Puente Oresund, que une Copenhagen (capital de Dinamarca) con Malmö en Suecia. Son 4 kilómetros de túnel y 16 kilómetros de puente. Es una magna obra de ingeniería y trataremos de llegar de día para filmar.

Debemos intentar de adelantar un poco los horarios. A los horas que llegamos a los sitios y pedimos algo de cenar, nos dicen que nos esperemos un poco y ya nos dan el desayuno. Yo tengo reservas para hacer el viaje en ayunas, pero Ángel empieza, y con razón, a preguntarme si esto es una promesa y además de la paliza en moto hemos de ayunar los dos todos los días. A ver si recuperamos algo mañana y llegamos al algún sitio a una hora que nos permita cenar decentemente.

Hasta mañana.   

Sábado 18 de Agosto de 2012