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Crónica Día 10. Kargopol a Nyandoma. Total 80 kilómetros
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Ángel Viñas i Aliau

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Crónica Día 10. Kargopol a Nyandoma. Total 80 kilómetros

Sábado, 25 de Agosto de 2012 Nyandoma está de paso hacia Kotlas, que es mi siguiente objetivo, pero aquí había reservado habitación por que tiene wi-fi y

Foto: Crónica Día 10. Kargopol a Nyandoma. Total 80 kilómetros
Crónica Día 10. Kargopol a Nyandoma. Total 80 kilómetros

Sábado, 25 de Agosto de 2012

 

Nyandoma está de paso hacia Kotlas, que es mi siguiente objetivo, pero aquí había reservado habitación por que tiene wi-fi y en ningún hotel de Kargopol lo tenían. Me quedé en Kargopol, porque supuse que estos 80 kilómetros serían también de barro y no estaba yo dispuesto a esas horas de la noche. No ha sido así y bien hubiera podido venir a dormir aquí. 

Ya llevo diez días fuera de casa, haciendo no sé muy bien qué. Cuando vuelvo a casa después de practicar alguna de estas tonterías, suelo ser capaz de racionalizar interesadamente un poco el asunto, pero aquí te preguntas lo de siempre: “¿Qué coño estoy haciendo yo aquí?". 

Llevo ya 10.000 kilómetros encima y me quedan otros 5.000 hasta Vorkuta. Cuando estas gentes, poco acostumbrados a ver turistas y menos de España, me preguntan a donde voy y se lo cuento, ponen cara de “pobrecillo”, pero claro estoy aquí y ya suponen que no habré 10.000 kilómetros para hablar con ellos del Barça o del Madrid que es lo único que les interesa de España.

Redactar y enviar esas crónicas cuesta mucho tiempo. Admiro a Miguel Silvestre, que es capaz de hacer una crónica audiovisual perfecta todos los días. Como se lo curra el hombre y que bien le sale.

Al haber acabado con las crónicas ya eran las 15:00 y he decidido quedarme, comer, descansar, arreglar algunas cosas de la moto, reordenar el equipaje, ir a dormir muy temprano, levantarme a las 5:00 y salir a las 6.00, invirtiendo el ritmo del viaje. Llegar de noche a los sitios no es bueno y además no consigues encontrar nada.

El hotel se llama Sputnik, como el satélite y está limpio. Quien parece la dueña de esto ha sido muy amable. La he preguntado donde podía comer y me ha dicho que con ella. Nos hemos sentado junto con otra mujer, muy amable también, a comer los tres en su cocina. Por fin comida casera. Ellas no hablan absolutamente nada de inglés ni de francés, ni de ningún otro idioma que no sea el ruso. ¿Solución? Poner en la mesa el ordenar con el traductor de Google. Si dura un poco la comida, hasta nos contamos chistes. He preguntado dónde comprar algo de comida para el viaje y me ha llevado una de ellas en su coche. Las he regalado una botella de cava y unos bombones y les he pagado la noche que reservé y no pude llegar y la de hoy. Casi me pegan. No querían cobrar la segunda noche de ninguna manera.

Bueno, he aprovechado para reparar una maleta desencajada por las dos caídas de ayer y he reordenado todo el equipaje, poniendo lo electrónico en la maleta no tocada, porque en esa seguro entrará agua en cuanto llueva un poco fuerte.

Creo que aguantará el resto del viaje, si no vuelvo a caer del mismo lado.

Mañana trataré de salir muy temprano y llegar hasta Kotlas. Son solo 500 kilómetros pero las guías dan doce horas de viaje. Mañana sabemos que tal afinan los señores de Michelín.

Hasta mañana.

Sábado, 25 de Agosto de 2012