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Cinco claves para sobrevivir a unas vacaciones en pareja
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Zoe Robledo

En la cama con Marita

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Cinco claves para sobrevivir a unas vacaciones en pareja

Es el momento de la verdad, cuando toca pasar juntos 24 horas al día. Y lo mejor va a ser que establezcas unas reglas, si no quieres que acabéis apuntándoos a Tinder en septiembre

Foto: Imagen de Instagram @doyoutravel.
Imagen de Instagram @doyoutravel.

¿Es posible terminar las vacaciones estivales con pareja, sin tener que enfrentarte al mes de septiembre con Tinder descargado en el móvil? Según el Instituto de Política Familiar, no es fácil. Un tercio de las rupturas se producen en dicho mes, cuando terminan las esperadas vacaciones. Y por ello, es entonces cuando las apps para encontrar pareja –por decir algo, porque quizás pareja es un término demasiado formal para lo que muchos buscan– se ponen las botas.

No es extraño: por mucho que el trabajo nos traiga a veces por el camino de la amargura, los horarios y compromisos laborales garantizan que tengamos un espacio al margen de la pareja. Y es por todos sabido que estar con tu chico 24 horas es tan arriesgado como adentrarte en un campo de minas al ritmo de 'Despacito'. Por no hablar de la costumbre que tenemos de idealizar nuestras escapadas. Nos imaginamos con nuestra media naranja (¿de verdad existe o realmente soy alérgica a los cítricos y por ello no doy con ella?) en una playa paradisiaca y la realidad nos traslada con la violencia de una bofetada a una playa en la que el tiempo no es lo que esperabas, o en la que tu pareja gruñe ante la idea de estar horas tirado al sol sin hacer nada. Qué paradójico: con lo que luego le cuesta mover el trasero de casa el resto del año cuando a ti te apetece salir a dar una vuelta, en cuanto hay arena de por medio, tiene la vitalidad de Jesús Calleja.

Pero no cancelemos nuestros billetes todavía: es posible sobrevivir a esta prueba de fuego. He aquí cinco tips para que el 'vacacioning' no desemboque en una ruptura con sabor a sal.

1. ¡Arriba el exilio voluntario!

Es un error que paséis dos semanas pegados el uno al otro, a no ser que estemos hablando de hacerlo entre sábanas. Si es así, todo pinta de maravilla. Pero si lográis salir de la cama y te apetece ver una exposición cuando él prefiere visitar un monumento que tú consideras una aberración estética, abogad por hacer planes por separado. No solo podréis hacer lo que os gusta –cuando por fin tienes tiempo libre, lo peor es tener que hacer cosas que no te apetecen–, sino que luego tendréis algo de qué hablar. Que no es que yo diga que a estas alturas no tengáis temas de conversación, pero… Si lleváis mucho tiempo juntos, cualquier ayuda extra es bienvenida. Y tener algo de tiempo para ti misma te hará estar de mejor humor y menos dispuesta a lanzarle la maleta a la cabeza. Porque en algún momento del viaje, querrás hacerlo. Créeme.

2. Haz de la habitación vuestro templo

No me refiero solo al terreno sexual (que, por supuesto, también). Lo que quiero decir es que bien viváis por separado bien compartáis hogar, lo mejor es no tener la habitación del hotel como si fuera Beirut. Todos tenemos en el imaginario las habitaciones de hotel como edenes placenteros, así que el orden es clave para que no termine por parecerse demasiado a la habitación de vuestra casa. Compartir tantos días juntos en un espacio reducido puede sacar lo peor de cada uno, así que no dejes que el desorden se sume a la ecuación de la inmolación sentimental.

3. Dale a tu cuerpo alegría, Macarena

Todos queremos descansar en vacaciones, pero salid alguna noche a tomar algo. Si termináis siempre en la habitación viendo la tele, las vacaciones románticas devendrán en un capítulo de 'Los Simpson' en caída libre. Investiga cuáles son los restaurantes más apetecibles de la zona y busca bares atractivos antes de comenzar el viaje. Y por mucho que me cueste decirlo, ¡dignaos a bailar algún hit del verano en algún lugar de moda! Porque escuchar Adele es íntimo y bonito, pero algo de marcha hará que las vacaciones tengan un extra de energía y el petardeo siempre anima. Como es más que probable -lo siento- que en algún momento del viaje discutais…, mejor hacerlo con las pilas cargadas. Porque siempre hay que ganar. Incluso en las discusiones.

4. Cuidado con el móvil

Llevabas meses soñando con pasarte horas a su lado… y sin darte cuenta, ves el móvil como tu escapatoria. De repente, esos grupos de WhatsApp que te causaban urticaria se convierten en tu vía de escape y esas quedadas que te horripilaban te sumen ahora en un FOMO indescriptible. “¡Horror! ¡Clara monta un fiestón en su terraza justo cuando no estoy!”, gritarás mientras lanzas los cubiertos sobre el plato. Aunque lo hayas dicho sin ninguna intención de hacerle bien que estar con él no se te antoja ahora como la opción A, no es buena idea decírselo mientras la dorada al horno recibe la cubertería como si fuera metralla.

No hay nada peor que estar con tu pareja y comprobar que le interesa más el móvil que tú, ¿verdad? Pues me temo que la única solución para no saltar sobre tu smartphone con la pasión con la que deberías avalanzarte sobre tu chico es activar el modo avión durante, al menos, la cena o los momentos más íntimos. Porque cotillear lo que ocurre por las redes sociales es humano, pero hacerlo cuando estáis cara a cara puede pasar factura. Eso sí: a la vuelta de las vacaciones, plantéate en serio si tu móvil te es más apetecible que tu novio. Porque ni un viaje a las Maldivas puede sacarte de esa Malavida autoimpuesta.

5. Sex-oh!

Por fin podéis disfrutar de la cama sin tener que pensar en poner el despertador, así que intentad que cada vez sea única. Quizás no vuelvas a la oficina recordando vuestras visitas a los museos o la paella que os metisteis entre pecho y espalda con vistas al mar, pero vuestro trajín amoroso vacacional sí debería merecer ser portada de vuestro álbum de recuerdos. Por si fuera poco, es gratis, así que las discusiones acerca de los gastos -otro de los temas recurrentes a la hora de iniciar peleas en plenas vacaciones- no tendrán cabida.

Por último, dos cositas.
¡Buen viaje!
¡Buena suerte!

placeholder 'Antimanual de Autodestrucción Amorosa' (ed. Aguilar), de Marita Alonso, con ilustraciones de Alfonso Casas.
'Antimanual de Autodestrucción Amorosa' (ed. Aguilar), de Marita Alonso, con ilustraciones de Alfonso Casas.

Antimanual de Autodestrucción Amorosa (ed. Aguilar) es el primer libro que publica la periodista Marita Alonso, quien se ha convertido en nuestra consultora semanal en cosas de amor, desamor, sexo y otras dichas y desdichas. Plantéale tus preguntas e intentará darles respuesta.

¿Es posible terminar las vacaciones estivales con pareja, sin tener que enfrentarte al mes de septiembre con Tinder descargado en el móvil? Según el Instituto de Política Familiar, no es fácil. Un tercio de las rupturas se producen en dicho mes, cuando terminan las esperadas vacaciones. Y por ello, es entonces cuando las apps para encontrar pareja –por decir algo, porque quizás pareja es un término demasiado formal para lo que muchos buscan– se ponen las botas.

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