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Alameda, ese clásico escondido
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Alameda, ese clásico escondido

Ya saben ustedes que no soy devoto de la guía Michelín y su manifiestamente mejorable criterio de evaluación, especialmente de los restaurantes patrios. En cambio, siempre

Foto: Alameda, ese clásico escondido
Alameda, ese clásico escondido

Michelín y su manifiestamente mejorable criterio de evaluación, especialmente de los restaurantes patrios. En cambio, siempre me ha gustado esa forma de calificar los restaurantes cuya visita “merece la pena el viaje”. Aunque con diferente criterio que LA MASÍA BOU, ARROP o EL LLAR DE LA CAMPANA son testigos de los vagabundeos más habituales. También otros, como LAS REJAS, TRAGABUCHES, EL BOHÍO o KAIA. Dada la singularidad de este tipo de establecimientos, de vez en cuando les iré descubriendo algunos de mis preferidos, no siempre conocidos.

Para mi, uno de esos lugares de peregrinaje es el restaurante que hoy nos ocupa: ALAMEDA. Se encuentra situado en Fuenmayor, enPuerto de Herrera. De esa forma experimentarán cómo a medida que van descendiendo, cada curva les descubre a lo lejos una nueva bodega, incluyendo las de más futurista y sinuoso trazado.

Tras algunos kilómetros entre viñas repletas de sangre azul y credos, llegarán a casa de Tomás Fernández. Sencillo y entrañable, cada rincón de su casa transmite esa imperturbable serenidad de lo cotidiano y la credibilidad del clasicismo bien entendido. Desde la decoración al servicio; de los clientes a la carta. El trato es familiar, cercano. Y los clientes son amigos. No existen las etiquetas, tan sólo la manifiesta voluntad de ofrecer al comensal la más irreprochable selección de producto.

Cuenta ALAMEDA con uno de los mejores chuletones de España. Provenientes generalmente de vacas gallegas, Tomás no suele dejar la carne más de tres semanas en cámara. Y el nivel que alcanza ALAMEDA
941.450.044
65€

Michelín y su manifiestamente mejorable criterio de evaluación, especialmente de los restaurantes patrios. En cambio, siempre me ha gustado esa forma de calificar los restaurantes cuya visita “merece la pena el viaje”. Aunque con diferente criterio que LA MASÍA BOU, ARROP o EL LLAR DE LA CAMPANA son testigos de los vagabundeos más habituales. También otros, como LAS REJAS, TRAGABUCHES, EL BOHÍO o KAIA. Dada la singularidad de este tipo de establecimientos, de vez en cuando les iré descubriendo algunos de mis preferidos, no siempre conocidos.