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Alameda, uno de los mejores secretos gastronómicos de Guipúzcoa
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Alameda, uno de los mejores secretos gastronómicos de Guipúzcoa

Una cocina tan notable como la de Alameda debe estar considerada como una de las imprescindibles de la zona

Foto: Plato del restaurante Alameda
Plato del restaurante Alameda

Hondarribia se encuentra entre mis ciudades favoritas del País Vasco. La parte antigua amurallada con esas casas señoriales vascas y el castillo de Carlos V, donde hoy se encuentra uno de los Paradores más bonitos de España. El encanto del barrio de La Marina con sus coloridas casas tradicionales de pescadores y sus balcones llenos de flores. El bullicio de la calle de San Pedro con sus restaurantes y bares de pinchos, el paseo por el puerto o la estupenda playa de Hendaya, que todo el mundo sabe que está conquistada por los españoles. Todo esto hace de esta ciudad guipuzcoana uno de mis destinos preferidos en cualquier momento del año.

Desde el punto de vista gastronómico tiene propuestas interesantes: El Gran Sol, donde se pueden degustar pinchos un tanto sofisticados, como el huevo mollete sobre migas de pastor al chipirón o el Jaizkibel, que es un champiñón relleno de mousse de queso con jamón y alioli. En la Hermandad de Pescadores se va a disfrutar de una estupenda sopa de pescado, un buen besugo y rodaballo. Zeria o Laia, por sus pescados y chuleta respectivamente, y Arroka Berri, donde prima la calidad del producto frente a su cocina en ocasiones algo barroca.

Pero hay un establecimiento que rara vez aparece mencionado en las recomendaciones sobre restaurantes guipuzcoanos. Resulta extraño que una cocina tan notable como la de Alameda no sea considerada como una de las imprescindibles de la zona.

Está situado a la entrada de la ciudad en un edificio de techos altos del siglo XIX con grandes ventanales y una sobria, pero agradable, decoración. Fundado en 1942 por los abuelos de los tres hermanos que gestionan el restaurante en la actualidad (Gorka, Mikel y Kepa Txapartegui), comenzó como sidrería para dar de comer a los pescadores de la villa. Pero no fue hasta 1997 cuando empezó a tener cierta notoriedad al quedar en primer lugar en el Campeonato de España de Jóvenes Cocineros y recibir la primera estrella Michelin.

Desde ese momento, los hermanos han trabajado en convertir Alameda en una referencia de la cocina tradicional vasca de la mano de diferentes productores locales. Gorka y Kepa manejan en sus fogones los productos más frescos cocinados con las técnicas más actuales mientras que Mikel, con la ayuda de su tía Mariví, colabora con un amable servicio a que el disfrute sea máximo.

La carta es bastante completa y no es fácil decantarse por unos platos frente a otros. Si no quieren pedir toda la carta, les recomiendo que no dejen de probar uno de los buques insignia de la casa: el huevo termal con patata trufada y sopa de ajos frescos (espectacular), que merece por sí mismo la visita. También destacan el impecable ravioli de hongos y langostinos asados y el sabroso arroz meloso de chipirones 'begi handi' (de gran tamaño).

Los pescados del día son una buena elección por el producto que manejan y la jugosidad con la que se sirve en la mesa. Sobre todo la merluza y la dorada, siendo la trucha uno de los platos más flojos de los que he probado allí. Hay otro plato por el que muchos aficionados a la buena mesa acuden con ganas a Alameda. Es el butakaku con algas, que no es otra cosa que una papada glaseada obtenida de cerdos de raza autóctona vasca y que es una de las creaciones más conseguidas de Gorka Txapartegui.

La torrija caramelizada de postre es, sin duda, la mejor forma de redondear esta gran comida.

Es necesario destacar que existen tres menús degustación a disposición de los comensales. El corto (Gartzinea), con un precio de 45 €, es uno de los más competitivos que se pueden comer en un restaurante con estrella Michelin. El mediano (Hondarribia) y el largo (Dastamena) son una buena opción para conocer la cocina del restaurante cada temporada.

La bodega no es excesivamente amplia, pero tiene referencias interesantes a precios razonables. Ofrecen la posibilidad de maridar los menús degustación, algo que, salvo excepciones, no me gusta especialmente. Este podría ser una de esas excepciones por la buena elección de los mismos, sobre todo, en el menú largo.

Hace poco más de un año, los hermanos decidieron reabrir la taberna original y recuperar parte del recetario tradicional para ofrecer platos sencillos, caseros y sabrosos. Destacan las alcachofas fritas, las sardinas y guisos tan untuosos como los morros y los callos. Además de una sugerente tabla de quesos.

Si tienen la suerte de ir próximamente por Hondarribia guarden un hueco para visitar Alameda y disfrutar de la sabrosa cocina y el excelente servicio de la familia Txapartegui. No les defraudará.

No se olviden de lo importante, disfruten todo lo que puedan comiendo y bebiendo.

Restaurante Alameda

Calificaciones

Hondarribia se encuentra entre mis ciudades favoritas del País Vasco. La parte antigua amurallada con esas casas señoriales vascas y el castillo de Carlos V, donde hoy se encuentra uno de los Paradores más bonitos de España. El encanto del barrio de La Marina con sus coloridas casas tradicionales de pescadores y sus balcones llenos de flores. El bullicio de la calle de San Pedro con sus restaurantes y bares de pinchos, el paseo por el puerto o la estupenda playa de Hendaya, que todo el mundo sabe que está conquistada por los españoles. Todo esto hace de esta ciudad guipuzcoana uno de mis destinos preferidos en cualquier momento del año.

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