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El perro aristocrático de Cayetana
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El perro aristocrático de Cayetana

Mucho se habla en estos días sobre la compañía canina de la duquesa de Alba. Como cualquier dueño de una mascota, Cayetana Fitz-James Stuart sabe que

Foto: El perro aristocrático de Cayetana
El perro aristocrático de Cayetana

Mucho se habla en estos días sobre la compañía canina de la duquesa de Alba. Como cualquier dueño de una mascota, Cayetana Fitz-James Stuart sabe que el desinteresado cariño que le profesa su fiel Flashito no se puede igualar a ningún otro. Tras el fallecimiento de Chiqui, Cayetana vivía con angustia la gastroenteritis que sufría su otra mascota, y que le obligó a ingresarlo. Una vez vuelto a casa, el perro podrá volver a disfrutar de sus privilegios aristocráticos.

Y es que, a diferencia de Chiqui, que era de extracción callejera, Flashito es un animal con pedigrí y disfruta como nadie de la vida de palacio. De hecho, es el objeto de todas las atenciones por parte del personal, que en algunas ocasiones se las ve y se las desea para poder estar a solas con la duquesa: tanto celo tiene de su dueña, que cuando se acerca alguno de los sirvientes ladra como si le fuera la vida en ello.

La alegría de la duquesa de Alba cuando salió el otro día de su casa con Flashito a su vera era incontestable. En algunas ocasiones se ve a Cayetana forzando la sonrisa ante los periodistas, pero esta vez no le hizo falta. La cara es el espejo del alma, y la de la duquesa no expresaba otra cosa que felicidad.

Flashito sale y entra del palacio como si fuera el mismísimo titular del ducado, y acompaña a su ama dondequiera que va, sea a la hora que sea y tenga la compañía que tenga. Definitivamente, si este perro hablara haría suyo aquello de ‘no sin mi duquesa’.

Mucho se habla en estos días sobre la compañía canina de la duquesa de Alba. Como cualquier dueño de una mascota, Cayetana Fitz-James Stuart sabe que el desinteresado cariño que le profesa su fiel Flashito no se puede igualar a ningún otro. Tras el fallecimiento de Chiqui, Cayetana vivía con angustia la gastroenteritis que sufría su otra mascota, y que le obligó a ingresarlo. Una vez vuelto a casa, el perro podrá volver a disfrutar de sus privilegios aristocráticos.