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La vida en ‘tecnicolor’ de Julio José Iglesias
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La vida en ‘tecnicolor’ de Julio José Iglesias

“Estaba Julio José, larán larán larito / inaugurando un restaurante, larán larán larito...” La vida de Julio José Iglesias se podría contar al ritmo de una

Foto: La vida en ‘tecnicolor’ de Julio José Iglesias
La vida en ‘tecnicolor’ de Julio José Iglesias

Estaba Julio José, larán larán larito / inaugurando un restaurante, larán larán larito...” La vida de Julio José Iglesias se podría contar al ritmo de una canción infantil, llena de risas y fiestas. La suya es una existencia feliz dentro de su casita de chocolate, en la calle de la Piruleta del país del Regaliz. Dondequiera que va le da al ‘play’ y comienza a soltar lo radiante que se siente, lo bien que están en su familia, cuánto quiere a su novia...

Igual que Obelix se cayó en la marmita de la poción mágica, el mediano de los Iglesias-Preysler debió de hacer lo propio en un tanque de antidepresivos. Fíjense en sus declaraciones a lo Belén ‘estoysuperfeliz’ Esteban en la inauguración de un restaurante: “Estoy muy contento, feliz de la vida. Empiezo la promoción de mi disco en dos semanas”. ¿¡Perdóoooon!? ¿¡Qué no se ha cansado de intentarlo!? Como dirían los ingleses, ‘WTF?’ (esto mejor no traducirlo, pero pónganse en lo peor).

Pues no, y no sólo eso, sino que quiere que Enrique y Julio se atrevan a juntar sus voces con él: “Me encantaría cantar con mi hermano y con mi padre”. ¿Envidia hacia los otros Iglesias? Ninguna, o en todo caso disimulada tan bien que da hasta rabia: “Mi hermano mejor que nunca, de gira, con su disco en español, su disco en inglés, en francés, en italiano y en portugués”. Él podría optar por el esperanto, un idioma que hasta ahora en su familia no han trabajado demasiado.

Isabel, esa madre que hace llorar a Tamara Falcó cuando no le presta sus vestidos, también es sujeto de los piropos de Jotajota Iglesias, algo que por otro lado está tan dicho que uno empieza a buscar segundos significados en frases como ésta: “Mi madre está más guapa que nunca más joven que nunca, no le gusta cumplir años pero muy contenta”. No habrá que ser malpensados. Él seguramente lo ha dicho con toda su buena intención, al fin y al cabo esta gente se quiere tanto, y con tanta fruición, como los protagonistas de Siete en el paraíso. Miren cómo remata el diestro Iglesias: “Todos somos una familia feliz”. ¿Lo ven? “Estaba Julio José, larán larán larito...”

Estaba Julio José, larán larán larito / inaugurando un restaurante, larán larán larito...” La vida de Julio José Iglesias se podría contar al ritmo de una canción infantil, llena de risas y fiestas. La suya es una existencia feliz dentro de su casita de chocolate, en la calle de la Piruleta del país del Regaliz. Dondequiera que va le da al ‘play’ y comienza a soltar lo radiante que se siente, lo bien que están en su familia, cuánto quiere a su novia...