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Las aventuras ferroviarias de Mar Flores
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Las aventuras ferroviarias de Mar Flores

Para que luego digan que los famosos tienen problemas con los transportes públicos y que es más difícil ver a uno cogiendo el metro que ver

Foto: Las aventuras ferroviarias de Mar Flores
Las aventuras ferroviarias de Mar Flores

Para que luego digan que los famosos tienen problemas con los transportes públicos y que es más difícil ver a uno cogiendo el metro que ver casados a Cayetana de Alba con Alfonso Díez. Los famosos también van en transporte público –aunque menos que el común de los mortales– y cuando lo hacen no sólo no se ocultan, sino que dan la cara y sonríen ante las cámaras de sus admiradores.  

El ejemplo está en una de las celebrities patrias que más distante parece a ojos de muchas personas: nos referimos a Mar Flores, que la semana pasada cogió el AVE en la estación madrileña de Atocha y tuvo un pequeño susto-sorpresa cuando acababa de pasar el control de equipajes. Mar, que no suele pisar los transportes públicos, ha tenido más de una experiencia divertida en los vagones del Metro, como en la ocasión en la que fue vista en el suburbano madrileño en compañía de Candela Peña y Goya Toledo (sus compañeras en la película de Félix Sabroso y Dunia Ayaso), pero lo del otro día en Atocha fue de esas situaciones cómicas que acaban sirviendo como anécdota.

 

Después de dejar en la cinta de seguridad sus objetos personales como una pasajera más, la intérprete de la aún inédita Los años desnudos se disponía a continuar hacia el tren en compañía de su marido Javier Merino cuando una empleada interrumpió su paso.

“Querrá pedirme el carné de identidad”, debió de pensar ella, porque rauda cogió su cartera dispuesta a mostrar el documento que la acredita como María del Mar Flores Caballero, nacida en Madrid el 11 de junio de 1969, pero la empleada paró en seco sus intenciones: “No, no, no me dé el carné, yo sé quien es usted, es que quiero sacarme una foto, si no le importa”.  Como liberada, Mar le dejó el bolso a su marido, que se colocó discretamente en una esquina fuera del objetivo de la cámara del teléfono móvil de la admiradora de la actriz, y dejó que ella desplegara su encanto. ¡Qué pena que en este tipo de situaciones no estén delante las cámaras!

Para que luego digan que los famosos tienen problemas con los transportes públicos y que es más difícil ver a uno cogiendo el metro que ver casados a Cayetana de Alba con Alfonso Díez. Los famosos también van en transporte público –aunque menos que el común de los mortales– y cuando lo hacen no sólo no se ocultan, sino que dan la cara y sonríen ante las cámaras de sus admiradores.