El rey recibe a sus amigos en Zarzuela

El rey Juan Carlos recibe casi a diario a todo tipo de personas en palacio: representantes políticos, miembros de la aristocracia empresarial, artistas o niños. Todos llegan a Zarzuela, cumplen con los protocolos establecidos para estas situaciones (“no te pongas en ese lado de la foto”, “no tutees al rey”, “viste con corbata”...), sonríen, se sacan la foto de rigor y se van por la misma puerta por la que entraron. Sin embargo, la audiencia de este miércoles va a tener un sabor especial para el monarca: no todos los días vienen a visitarle sus amigos de la vela.

Don Juan Carlos es un gran aficionado al deporte náutico desde sus años mozos y esa misma pasión por la vela ha sabido transmitirla con acierto a sus hijos: tanto Felipe como Cristina participaron en diferentes ediciones de los Juegos Olímpicos.

Por tener, el rey tiene hasta una copa con su nombre que se entrega cada año en Palma de Mallorca, y su barco es uno de los participantes: parece como si alguien hubiera juntado con pegamento las palabras ‘rey’, ‘Mallorca’ y ‘vela’ y ahora fueran imposibles de separar. Por eso el encuentro con la Real Federación Española de Vela va a tener un cariz diferente.

 

Cuando el reloj marque el mediodía del miércoles Philippe de Montebello, director de la Cátedra del Museo Nacional del Prado 2009, se encontrará con el monarca, aunque tendrá poco tiempo para explicar a Don Juan Carlos los motivos de su visita. Y eso es porque la gran cita llegará a la una de la tarde: a esa hora el Rey podrá reencontrarse con Gerardo Pombo García, presidente de la federación, junto al resto de la junta directiva. En pleno invierno podrán hablar de sus cosas: los mejores nudos, las velas más resistentes y cuándo desplegarlas o recogerlas,