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Blanca y Borja Thyssen, abucheados en Málaga
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Blanca y Borja Thyssen, abucheados en Málaga

Pertenecer a la nobleza no es fácil. Uno tiene que soportar que la plebe no entienda lo que supone esta posición y, de vez en cuando

Foto: Blanca y Borja Thyssen, abucheados en Málaga
Blanca y Borja Thyssen, abucheados en Málaga

Pertenecer a la nobleza no es fácil. Uno tiene que soportar que la plebe no entienda lo que supone esta posición y, de vez en cuando en su ignorancia te critique. Eso les ha pasado a esos grandes incomprendidos de la alta alcurnia española: Borja y Blanca Thyssen. El estilo de Blanca ha sido criticado por unos y por otros por ser poco elegante y a Borja por su, hasta ahora, escasa atención para con el arte.

Pero ahora el pueblo les ha vuelto a criticar e incluso abuchear. Fue durante la procesión de la malagueña cofradía de la Virgen de la Exaltación donde Borja se presentó como portador del Trono y Blanca como mayordomo. Según cuenta el colaborador de DEC Aurelio Manzano, los habitantes de la ciudad andaluza no estaban demasiado felices ante la idea de que el hijo de la baronesa Thyssen y su mujer fuesen protagonistas de tamaño evento religioso.

Sin embargo, ni cortos ni perezosos los dos se vistieron para la ocasión -esta vez sí acertaron- y se plantaron en la iglesia de San Juan Bautista para proceder con el ritual religioso. Uno portando el Trono de la Virgen y la otra preparada para darle a la campanita que daba inicio a la procesión. Tras las fotos oficiales los papás de Sacha se van por donde han venido. Algo imperdonable para los fieles de la procesión.

Según comenta Manzano, al parecer los costaleros -función que cumplía el hijo de Tita- cumplen con la procesión al completo, algo con lo que Borja no hizo, al abandonar unos instantes después de su inicio. Y el pueblo llano, que tras la Revolución Francesa anda un poco exaltado y no se calla ni una, gritó enfervorizado a la pareja una serie de improperios.

Entre ellos el más suave que les dijeron, a tenor de lo contado por el periodista, fue un “Esto no es el Hola, no es el Interviú, no utilicéis la Semana Santa para lavar vuestra imagen. Poneos a trabajar”. Pero ellos permanecieron inmutables. El pueblo, tan preocupado siempre por el trabajo, nunca entenderá lo difícil que es ser ellos y vivir del aire.

Pertenecer a la nobleza no es fácil. Uno tiene que soportar que la plebe no entienda lo que supone esta posición y, de vez en cuando en su ignorancia te critique. Eso les ha pasado a esos grandes incomprendidos de la alta alcurnia española: Borja y Blanca Thyssen. El estilo de Blanca ha sido criticado por unos y por otros por ser poco elegante y a Borja por su, hasta ahora, escasa atención para con el arte.