Los desencuentros de Froilán con su madre en la Quirón

El primer nieto de don Juan Carlos a menudo ha dado muestras de un carácter extrovertido y rebelde, en ocasiones díscolo, que le ha ocasionado numerosas reprimendas. Su último percance, ocurrido tras recibir accidentalmente un disparo en el pie mientras se encontraba en la finca de su familia paterna en Soria, no ha sido una excepción, pues Felipe Juan Froilán ha protagonizado varios desencuentros durante el tiempo que ha permanecido ingresado en la Clínica Quirón de Madrid.

La infanta Elena, que había reservado la habitación contigua a la de su hijo y contaba con una trabajadora del centro dedicada exclusivamente a los cuidados de Froilán -con las consiguientes quejas de algunos de los pacientes-, tuvo que llamarle la atención en varias ocasiones, después de que su hijo, que no quería estar en el hospital y, por lo tanto, le desagradaban las pruebas médicas y atenciones de las enfermeras, se mostrara algo rebelde.

Con las enfemeras tampoco se mostró especialmente amable cuando éstas accedían a la habitación para hacer su trabajo, como colocarle o quitarle una vía. Como le suele ocurrir a cualquier niño, Froilán llevaba bastante mal estar en cama, porque es muy inquieto.

El comportamiento del pícaro Felipe Juan Froilán no es nuevo. Sus travesuras han traído de cabeza a más de uno. Cabe recordar el episodio de la boda de los príncipes de Asturias, cuando el mayor de los nietos del rey Juan Carlos pegó alguna que otra patada a su prima Victoria López de Quesada y Borbón Dos Sicilias, que también formaba parte del cortejo nupcial.

Más recientemente, durante las vacaciones en Mallorca del año 2011, después de finalizar su primer día de clase de vela, Felipe Juan Froilán desobedeció a sus monitores dándose un chapuzón en el puerto tras saltar desde la proa de un barco.