La ministra de Empleo revoluciona Twitter con un juego de 'burbujitas'

Domingo 10 de junio. Mariano Rajoy comparece ante los españoles para explicar el rescate económico. Una hora después, la ministra de Empleo y Sanidad, Fátima Báñez, juega a explotar burbujitas con el juego Bubble Shooter. Una actualización automática de su Twitter muestra los 5390 puntos que ha obtenido en el juego como toda una campeona.

Suenan las alarmas. Por si la comparecencia de Rajoy no fuese suficientemente comentada en Twitter, el 'juego' de la Sra. ministra se convierte en Trending Topic y es comentado por cientos de usuarios de la red social. Tanto es así que en la propia cuenta, unos minutos después, se borra el tweet y se da una explicación: "Una travesura infantil ha provocado que se genere el mensaje de forma automática en esta cuenta".

Ha sido el hijo de 7 años de la ministra el que, jugando con el teléfono de mamá, ha causado tal estropicio. Sin embargo, la mayoría de los tuiteros hablan de la agilidad de la ministra, que 'pasaba' del discurso de Rajoy sobre el rescate y destrozaba burbujitas con destreza: "Fátima Báñez no habrá trabajado en su vida y seguirá metiendo parados a la cola del INEM, pero al Bubble Shooter no hay quien la gane", dice uno de los usuarios de Twitter. Demasiado tarde para rectificaciones. 

La ministra no es la primera personalidad que se convierte en la diana de Twitter. Ha tenido otros ilustres predecesores como David Bisbal. Al cantante almeriense no se le ocurrió otra cosa que comentar la revuelta de Egipto con estas palabras: "Nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas. Ojalá que pronto se acabe la revuelta". Los usuarios lo convirtieron en una suerte de 'gnomo de Amelie' y, al igual que el popular personaje de la película, lo pusieron a viajar por todo el mundo. #turismobisbal se convirtió en el 'hagstag' de moda para pasear a Bisbal por todo el planeta y poner en su boca comentarios del tipo: "Estoy en Nueva York y no he encontrado la Gran Manzana. Tendré que cenar en un Burguer".

El futbolista Cesc Fábregas tampoco se libró de la tortura tuitera. Al llegar a Logroño puso un "Ya estamos en Logroñés" que le salió bastante caro. Desde ese momento, sufrió la mofa de todo aquel que había leído el comentario, que también se corrigió a toda prisa.