Gallardón, su esposa y su escolta pasean al perro por Chueca

Lo más habitual en el centro de Madrid después tomarse un bocadillo de calamares, es toparse de bruces con Alberto Ruiz Gallardón, exalcalde de la Villa y ahora ministro de Justicia, paseando a su perro por las principales arterias de la capital. Hace unos días, Vanitatis vio al político junto a Mar Utrera, su mujer, y el can del matrimonio dando una vuelta por Chueca, el barrio rosa de la capital, cerca del cual tiene establecida su residencia. Gallardón lucía una indumentaria que le hacía pasar totalmente desapercibido, con gabardina y sombrero al más puro estilo Inspector Gadget. Su esposa, en cambio, menos reconocible para el pueblo, no iba de tapada.

Pero el matrimonio Gallardón-Utrera no estaba solo; les acompañaba un escolta, que seguía sus pasos a unos diez metros de distancia. Se trataba de un chico joven, que no superaba los 30 años y con una complexión no demasiado atlética. Sin duda, lo más curioso fue observar el modus operandi del bodyguard de uno de los miembros del Ejecutivo de Mariano Rajoy más controvertidos. Cada vez que el perro decidía hacer sus necesidades, éste debía permanecer en plan estatua hasta que el animal y sus amos decidieran reanudar la marcha.

Por la misma zona también suelen sacar a pasear a sus mascotas la dueña de Bimba y Lola, el actor Aitor Luna o la actriz Miren Ibarguren, de Aída. Estos dos últimos, entre paseo y ladrido, aprovechan para hablar de otras cuestiones de la vida. Se les ve acaramelados. El rumor ya va de boca en boca en el barrio donde el perro de Gallardón garbea con paso perruno a sus anchas.

“Lo que más me relaja es estar con él y perdernos por la Casa de Campo o en el Monte del Pardo”, ha dicho en más de una ocasión el exalcalde. En cambio, estos paseos, que también se producen por la Gran Vía y aledaños al centro, no son siempre tan depurativos. El perro de Gallardón ha tenido que soportar varias manifestaciones cuando se encontraba junto a su amo en la calle. Qué culpa tendrá él.