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Roures, Vasile y la vaca lechera (que ya no da tanta leche)
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Roures, Vasile y la vaca lechera (que ya no da tanta leche)

Creo que el otro día vi al ciudadano Jaume Roures. No estoy seguro del todo, pero pienso que era él. Estaba vendiendo derechos deportivos en el

Foto: Roures, Vasile y la vaca lechera (que ya no da tanta leche)
Roures, Vasile y la vaca lechera (que ya no da tanta leche)

Creo que el otro día vi al ciudadano Jaume Roures. No estoy seguro del todo, pero pienso que era él. Estaba vendiendo derechos deportivos en el rastro de Madrid, justo al lado del gitanillo que trafica con los “ajos de la huerta la Pantoja”. Puede que me equivoque, claro, pero yo soy de los que nunca olvida un rostro, y menos el de Roures. Además, todo cuadra, porque la cosa está muy malita. Tiene este señor más deudas que el Tercer Mundo, incluida Swazilandia. Tiqui taca, tiqui taca.

Acto seguido -después de ver a Roures en el mercadillo de la Latina-, me compré el diario El Mundo y pude leer las declaraciones de un inspirado Paolo Vasile. He de reconocer que no entiendo muy bien nada de lo que dice este hombre. Me queda clara una cosa, eso sí: que el consejero delegado de Telecinco piensa que la televisión es, hoy por hoy, un negocio ruinoso. Y no lo dice por Roures. Lo dice por su cadena. Y no se refiere a una ruina digamos intelectual, sino monetaria. También dice el filio de la bequia Italia que la culpa de que él pierda money a raudales la tienen las televisiones públicas y que no le gustan las normas que rigen el sector. Se sobreentiende entonces que antes, cuando proliferaban las bolsas de basura de esas que usaba ‘Cachuli’, las normas eran las mismas pero infinitamente mejores.

No descarten que ambos dos, Vasile y Roures, tal como están las cosas, acaben concursando en Rico al instante, que es ese programa tan digno que emite Antena 3 en asociación con Cáritas -ejem, ejem-, en el que uno debe exponer sus miserias en un minuto para que el público decida si le otorga o no 500.000 euros.

Roures: “Dénmelo a mí, dénmelo a mí, que tengo que subirle el sueldo a Wyoming, que no gana para becarias”.

Vasile: “Dénmelo a mí, dénmelo a mí... ¿capito?”

(Nota al pie: yo sin duda votaría por Vasile, porque he visto mucho cine italiano)

Tampoco descarten que estos dos grandes de la comunicación patria acaben prejubilados y jugando juntos al Monopoli en cualquier tasca de Madrid. Ya saben, Dios los cría…

Hablando de dioses, hoy reponen en el digital una película de un tal Billy Wilder llamada El Crepúsculo de los dioses. ¿La han visto? Yo tampoco. ¿Alguien sabría decirme de qué va?

Creo que el otro día vi al ciudadano Jaume Roures. No estoy seguro del todo, pero pienso que era él. Estaba vendiendo derechos deportivos en el rastro de Madrid, justo al lado del gitanillo que trafica con los “ajos de la huerta la Pantoja”. Puede que me equivoque, claro, pero yo soy de los que nunca olvida un rostro, y menos el de Roures. Además, todo cuadra, porque la cosa está muy malita. Tiene este señor más deudas que el Tercer Mundo, incluida Swazilandia. Tiqui taca, tiqui taca.