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Adefesio para una ministra
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Adefesio para una ministra

Quienes recuerden el primer día de Iñaki Gabilondo en el informativo de Cuatro sabrán de lo que les hablo. Su rostro desencajado, su principio de estrabismo,

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Adefesio para una ministra

Quienes recuerden el primer día de Iñaki Gabilondo en el informativo de Cuatro sabrán de lo que les hablo. Su rostro desencajado, su principio de estrabismo, la imposibilidad de fijar la mirada en un punto concreto, su desorientación total ante los focos y las cámaras… El considerado por muchos como mejor comunicador radiofónico en 20.000 kilómetros a la redonda se veía incapaz de comunicar nada a los ‘oyentes’ de su ahora televisado informativo. Hay tantos lenguajes en el mundo…

El televisivo es de los más puñeteros. Es tan difícil hacer algo bueno, con ritmo, con cierta espontaneidad, que a veces hay que aceptar el adefesio como animal de compañía. Pero lo de este lunes en la pública es ya harina de otro costal. Entregaba sus premios la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV). De las ciencias y las artes, ahí es nada. Un grupo de 'iluminados' encargado de galardonar a los mejores del medio.

Para celebrar semejante orgía de talento montaron una gala que fue retransmitida por La 2, es decir, por televisión. Una academia de televisión haciendo televisión. A priori, sonaba bien. A posteriori, es difícil explicar las sensaciones que produjo semejante espectáculo en el corpus de los pocos espectadores que decidieron vender su alma catódica a la megaparty de la industria, cenuca en el Gran Casino de Aranjuez incluida.

No se trataba de un gala de los Goya más, petarda, aburrida, torpe, que también. Se trataba del mayor despropósito televisivo del año, construido, para colmo de males, por la mismísima academia del arte y la ciencia del catódo y ante la mirada atenta de la señora Ministra, González-Sinde, quizá exultante, porque a partir de ahora algunos miraremos los Premios Goya con otros ojos. Mejores ojos.

Se retransmitió la cosa con un desfase horario de más de una hora para eliminar los retales de la grabación. ¿Retales? Si hubieran eliminado los retales, ni media hora les habría quedado a los pobres. Por cierto, menudos tijeretazos. Además de innumerables fallos. Tremendo. Inaudito. Imperdonable. El guión, la realización, la dirección. Todo a cargo de la ATV. Y encima va Manuel Campo Vidal, presidente del ente, y afirma en su discurso a las masas, que la asociación que preside es “un faro de referencia”. Qué retranca más grande, que diría Soraya Sáenz de Santamaría.

Quienes recuerden el primer día de Iñaki Gabilondo en el informativo de Cuatro sabrán de lo que les hablo. Su rostro desencajado, su principio de estrabismo, la imposibilidad de fijar la mirada en un punto concreto, su desorientación total ante los focos y las cámaras… El considerado por muchos como mejor comunicador radiofónico en 20.000 kilómetros a la redonda se veía incapaz de comunicar nada a los ‘oyentes’ de su ahora televisado informativo. Hay tantos lenguajes en el mundo…