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Morir en exclusiva para Cuatro
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Morir en exclusiva para Cuatro

Escandalizados están todos los progres del mundo, un servidor incluido, con la reiterativa emisión de porquería catódica, asociada desde hace tiempo al cuore y al reality,

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Morir en exclusiva para Cuatro

Escandalizados están todos los progres del mundo, un servidor incluido, con la reiterativa emisión de porquería catódica, asociada desde hace tiempo al cuore y al reality, dos especies televisivas que permanecen en el imaginario colectivo como cuna impenitente de la dichosa telebasura. Pero telebasura hay en todas partes.

Hablemos hoy de información seria. Hablemos de Cuatro. Y hablemos, por último, de toros. Informaba la cadena el pasado viernes en una nota: Cuatro ofreció en exclusiva la cogida mortal del encierro de San Fermín de hoy”. Asombroso.

Continuaba la nota: “La trágica muerte de un joven corredor en los encierros de San Fermín de hoy ha sido vivida de cerca por los espectadores de Cuatro… En las imágenes de la retransmisión del encierro no se apreciaba claramente cómo había sido la cogida, pero las imágenes de un videoaficionado, ofrecidas en exclusiva por Cuatro, recogían el suceso de cerca, a apenas unos centímetros detrás de la talanquera. El vídeo con las imágenes ralentizadas, en el que se puede apreciar cómo el cuerno del toro se clava en el cuello del corredor… puede verse ya en la página web de la cadena… Es la primera víctima mortal por asta de toro que se produce en los Sanfermines en los últimos seis años.”

Hay en este texto frases míticas: “La trágica muerte… ha sido vivida de cerca por los espectadores de Cuatro” o "el vídeo con las imágenes relentizadas... puede verse ya en la página web de la cadena" o “es la primera víctima mortal por asta de toro que se produce en los Sanfermines en los últimos seis años”. Impresionante. Una muerte en seis años y la tenemos nosotros, "en exclusiva". Un gran trabajo de investigación,  una nota escatológica y morbosa en grado superlativo y Cuatro en la cima del éxito y del share.

El domingo más y mejor. Los Miura siembran el pánico en pamplona. Innecesario espectáculo de sangre y asfalto que todos los rotativos serios, esos que tampoco hacen nunca periodismo basura, llevan a sus portadas de manera excrementicia. En Cuatro narra la cosa, con absoluta frialdad, la señorita Raquel Sánchez Silva. Termina la carrera y la cadena rotula en sus informativos: “¿Qué pasará mañana?”. El anuncio carece, claro, de ingenuidad. Se promete más sangre para el lunes. Se deja caer. Necrófilos del mundo, uníos en torno a nuestra hoguera. Pero el lunes no hubo suerte. No hubo sangre, que en estos casos viene a ser lo mismo. ¿Qué pasará entonces el martes? El martes, el miércoles, el jueves… la telebasura seguirá siendo cosa de María Patiño. En exclusiva.

Escandalizados están todos los progres del mundo, un servidor incluido, con la reiterativa emisión de porquería catódica, asociada desde hace tiempo al cuore y al reality, dos especies televisivas que permanecen en el imaginario colectivo como cuna impenitente de la dichosa telebasura. Pero telebasura hay en todas partes.

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