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Vagos y maleantes en laSexta: "Sin trabajar, sin estudiar, con... la botella de ron"
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Vagos y maleantes en laSexta: "Sin trabajar, sin estudiar, con... la botella de ron"

Como ese mal cineasta que, en la sala de montaje, está obligado a enfrentarse con el horror de su obra, sienta laSexta en un sofá de

Foto: Vagos y maleantes en laSexta: "Sin trabajar, sin estudiar, con... la botella de ron"
Vagos y maleantes en laSexta: "Sin trabajar, sin estudiar, con... la botella de ron"

Como ese mal cineasta que, en la sala de montaje, está obligado a enfrentarse con el horror de su obra, sienta laSexta en un sofá de escay la mar de cómodo a los padres de la generación Ni-Ni, para que contemplen en riguroso directo, gracias a la tecnológica punta, cuál es el resultado de su fracaso rotundo y sin paliativos como padres. Mientras lo hacen, una psicóloga les avisa: “Veáis lo que veáis, no tengáis ningún miedo”.

Al otro lado de su pantalla que, en realidad, es también la nuestra, da comienzo un Gran Hermano de jóvenes promesas de la sociedad postmoderna. Porreros, pastilleros, borrachos y zoquetes de entre dieciocho y veintitantos, que han entregado su pecaminosa vida de ocio y perdición a los proyectos, más empresariales que didácticos, de una cadena de televisión.

¿Qué es la Generación Ni-Ni? Viviana, dieciocho años, responde: “Ni trabajo ni estudio ni quiero hacerlo”. Pero no es tan fácil pertenecer a este selecto grupo de mamelucos con ínfulas de guays. Los requisitos son infinitos. “Me levanto a las 12 del mediodía”, dice uno. “Fumo porros porque pienso que es la manera de evadirme entre semana”, dice otra. “Me veo con 32 años en una discoteca, sin vida, sin coche, sin trabajo”, añade la misma iluminada. “Me fui del INEM porque estaba abarrotado. Saqué un número y pensé: ‘Me tiro aquí hasta la hora de la comida’”, sostiene otro de los ejemplares de esta curiosa raza.

Los padres, en un proceso insólito de catarsis pública, añaden otros aspectos de interés a la descripción científica del conjunto. “Me ha venido con un cenicero a rompérmelo en la cabeza”. “Le pusieron una orden de alejamiento hacia su propio padre”. “Es agresivo, contestatario, mal educado”... Resulta increíble la facilidad de algunos para airear a los cuatro vientos sus frustraciones como progenitores. Deben pagar muy bien los señores de laSexta.

Una panda de amorfos

Seguro que también pagan muy bien a sus pequeños demonios por protagonizar ese pasacalles ferial de ayer. Dicen en laSexta que pretenden enseñarles lo que supone ser responsables. De momento, lo que han aprendido en la primera jornada de reclusión en Auschwitz es que, gracias a ser como son, una cadena de televisión les va a hacer famosos y les va a llenar la cuenta corriente. En su primer día en su nuevo hogar carcelario, además, les facilitaron alcohol y tabaco, para que se fueran reinsertando. Los chicos cantaban: "Sin trabajar, sin estudiar, cooooon... la botella de ron". Al día siguiente se lo quitaron para provocar esto: "Como no me den un cigarro esta noche me lío a romper las cámaras". No saben ni nada en laSexta. That's entertainment!.

Como reality, Generación Ni-Ni deja bastante que desear. Bainet, productora del formato, propiedad por cierto del señor Karlos Arguiñano, tiene mucho que aprender en este sentido de Endemol -Gran Hermano-. Pero lo cierto es que como experimento sociológico el programa es la bomba. ¿Qué pasa cuando dos Ni-Nis se ponen a charlar?

-¿Tú eres amorfa?

-¿Qué?

-¿Qué si eres amorfa?

-Amorfo tú.

-¿Y qué es amorfa?

-Pues subnormal.

 

Menos mal que, gracias a otros formatos del estilo como Gran Hermano, los españoles nos hemos cerciorado de que amorfos hay en todas las generaciones, no sólo en la Ni-Ni. Y nos hemos cerciorado también de que las televisiones lo único que pretenden -¿recuerdan Curso del 63?- es sacar tajada de una triste realidad, la nuestra, que deforman a su antojo para dibujar una realidad paralela, la suya, que nos divierte, nos entretiene y, de paso, les da mucho dinero.

Le auguro éxito a este nuevo programa de laSexta. El mismo que a los insignes miembros de la Generación Ni-Ni. Al fin y al cabo, el éxito es relativo.

NOTA: Generación Ni-Ni logró en su estreno un 6,1% y 1.168.000 espectadores.

Como ese mal cineasta que, en la sala de montaje, está obligado a enfrentarse con el horror de su obra, sienta laSexta en un sofá de escay la mar de cómodo a los padres de la generación Ni-Ni, para que contemplen en riguroso directo, gracias a la tecnológica punta, cuál es el resultado de su fracaso rotundo y sin paliativos como padres. Mientras lo hacen, una psicóloga les avisa: “Veáis lo que veáis, no tengáis ningún miedo”.

LaSexta