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Por la abdicación de Eva González y Patricia Conde
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Por la abdicación de Eva González y Patricia Conde

La abdicación del Rey me está pasando factura. No veo otra cosa en la tele ni leo otra cosa en los periódicos. Desayuno con Ana Rosa

Foto: El rey Don Juan Carlos en una imagen de archivo en 2011 (Reuters)
El rey Don Juan Carlos en una imagen de archivo en 2011 (Reuters)

La abdicación del Rey me está pasando factura. No veo otra cosa en la tele ni leo otra cosa en los periódicos. Desayuno con Ana Rosa y el Rey, meriendo con Jorge Javier y el Rey y ceno con Piqueras y el Rey. Siempre me pareció remota la posibilidad de llegar a echar de menos algún día la programación habitual de Telecinco, pero creo que ese día ha llegado.

De todos modos es bastante peor lo que leo que lo que veo. Los mismos diarios y los mismos prosistas que precipitaron con sus crónicas de antaño la dimisión del monarca le regalan ahora los oídos. A ojo de buen cubero, cada 40 minutos se publica en este país un panegírico del soberano. Ya hay más panegíricos que nacimientos en España según el INE. La cosa está cobrando tintes almodovarianos y esto parece un entierro lleno de periodistas-travestis-plañideras que lloran en playback refranes y frases hechas. "Siempre se van los mejores, Agrado". 

La tía se ha pensado que uno se quita y se pone el deje al modo en que Marujita Díaz se quita y se pone los dientes

Aprovechando la coyuntura, y ya que siempre se van los mejores, quizá podríamos hacernos un 3x1 y empaquetar por ley orgánica a Patricia Conde y Eva González en el asunto abdicatorio. En plan apologético, que es lo que pita en este momento, se trata sin duda de dos de las grandes presentadoras de nuestro tiempo. Dos señoras de una audacia sobreabundante. Dos elefantes de la comunicación.

Ambas personifican esa corriente de mujeres de hoy, jóvenes pero sobradamente preparadas –la rubia fue Miss Palencia y la morena Miss Sevilla y Miss España– que siguen indudablemente el “ejemplo impagable” de la Reina. En el caso de Eva González se podría decir que hasta las últimas consecuencias, porque ambas hablan el mismo idioma, que sin duda no es el nuestro.

placeholder La presentadora Eva González en una imagen de 'MasterChef'

Lo de Eva González es de traca. Es la más trianera del mundo al frente de Se llama copla en Canal Sur, pero coge el AVE destino MasterChef y cuando se baja se cree que es natural de Cuenca, aunque lo cierto es que le sale acento como de Botsuana. La tía se ha pensado que uno se quita y se pone el deje al modo en que Marujita Díaz se quita y se pone los dientes. Pero no.

Pues eso, que qué buena es Eva González como presentadora, ¿no? Es el alma de MasterChef en TVE. Es el alma porque sólo se la intuye. Está pero no está, aparece muy de vez en cuando en pantalla, no se sabe muy bien cuál es su función allí ni por qué le pagamos entre todos un buen sueldo. Y que conste que me refiero a Eva González; del Rey ya no estoy hablando.

placeholder Patricia Conde en una imagen de archivo (laSexta)

'Abdicada' a la fuerza 

Mientras escribo estas líneas, la otra Miss, la rubia, presenta con el desparpajo que otorga el exceso capilar de peróxido su último programa de Ciento y la madre en Cuatro. Me confirman que no ha grabado más, que hasta luego, que su esperado regreso a la televisión ha durado escasamente un mes. Al menos hasta nueva orden. Cuán injusta es la vida. Ni abdicar se le ha dejado a la pobre... Yo creía que era un derecho constitucional.

Esta noche, la última, está acompañada en plató por Ana Obregón, mujer que emparentó con los Borbón vía conde Lecquio y sobre todo reputadísima bióloga, primera de su promoción. Conversación de altura, como cabía esperar. Por eso quitan este programa, porque sólo lo entendemos Punset y yo. Y eso da para un 5% de share, los restos, que es lo que Patricia Conde cosecha cada jueves desde hace un mes. Así que Vasile, al que también le gusta salir al mercado a cazar rubias, se ha cansado ya de esta y, como en su finca es el rey, le ha pegado un tirito sin pasar por las Cortes. 

Permítanme defender con ahínco a Patricia. Yo es que tengo una especial debilidad por el dinero tonto y por las rubias listas. O al revés, no sé muy bien. A muchos nos pasa. A mí, a Vasile, a Hitchcock y también a…

Pero no me gustaría volver al tema del Rey, ni a su inviolabilidad o violabilidad jurídica o de ningún otro tipo. Eso se lo dejo a Pilar Eyre. Yo me vuelvo al modus panegiricus, que es el que pita en estos momentos en España. Y eso, que no sé si lo he dicho, pero que vivan las presentadoras guapas y el Rey y tal.

La abdicación del Rey me está pasando factura. No veo otra cosa en la tele ni leo otra cosa en los periódicos. Desayuno con Ana Rosa y el Rey, meriendo con Jorge Javier y el Rey y ceno con Piqueras y el Rey. Siempre me pareció remota la posibilidad de llegar a echar de menos algún día la programación habitual de Telecinco, pero creo que ese día ha llegado.

Telecinco Rey Don Juan Carlos